(*)
En medio de una brutal crisis sistémica que
refuerza cada vez más la teoría de la bancarrota capitalista (que ha comenzado
a gestarse luego del receso económico del 2008), en nuestro país se ha lanzado
la campaña política de cara a las elecciones legislativas.
En este marco y como no podía ser de otra forma los partidos patronales han emprendido
una brutal disputa para adueñarse del poder estatal. Tenemos por un lado a los
resquebrajados defensores del modelo (claramente agotado) y los que entienden
que sus intereses empresariales están fuera del barco a medio hundir. Para el
cristinismo, la propia disidencia del FPV se ha convertido en un fuerte dolor
de cabeza. Estamos viendo cómo se van conformando los paquetes politiqueros que
van en camino a la devaluación del salario. Nos encontramos en la víspera de una
etapa de transición política que se reestructura a fin de salvar a los
capitales y forzar aún más el crecimiento de la deuda pública. Sean los K o los
Massa, sean los Macri o los Prat Gay, hasta aquí nadie ha dejado en claro a qué
apuntan sus políticas, pero todos remarcan un punto en común. Todos critican el
desdoblamiento cambiario que, sin embargo, constituye un primer paso hacia la
devaluación que reclaman. Esto sería una invitación poco discreta a los
capitales extranjeros para poder encajar nuevamente en el mercado
internacional, mientras tanto los fondos de la Anses son totalmente derrochados
en el pago de la deuda externa. El camino de los centro izquierdistas ha sido
el más fabuloso de todos, ya que han conformado frentes que no son más que una
gran bolsa de gatos. Esto demuestra a su vez la contracara de los llamados
progresistas. Quién los ha visto y quién los ve. Pino, Carrio, Prat Gay, Donda,
Binner no conforman ni más ni menos que una lista prodevaluacionista, asociada
a la defensa de los intereses de los banqueros. Pero claro que ante esto hay
una única fuerza que con suma coherencia viene enfrentando y denunciando estas
maniobras capitalistas. Nosotros, las izquierda.
El crecimiento de la izquierda es innegable.
La consolidación del FIT como la única fuerza que ha mantenido desde 2011 hasta
hoy una total coherencia política y que ha crecido cualitativa y
cuantitativamente en su militancia es elocuente. Hemos estado interviniendo y
apoyando cada uno de los conflictos sociales que han atacado a la clase
trabajadora, como así también hemos defendido los intereses de los estudiantes
en la lucha por la educación pública. Hace apenas unos días, en la ciudad de
Neuquén, comenzó a verse el trabajo del FIT en las urnas, duplicando en votos a
las elecciones del 2011 y a solo dos puntos del FPV. Este es un indicador del
desarrollo de la izquierda en el país y en el marco de la actual crisis
política el momento para que el Concejo Deliberante tenga en Azul voces auténticamente
socialistas.
El Partido Obrero local se ha ganado un
importante lugar en el ámbito político y social y esto no ha sido por mirar
para otro lado y llegar al momento de la foto (como sí lo han hecho varias
fuerzas). Esto ha sido resultado de estar presentes en cada uno de los
conflictos y los reclamos, del esfuerzo militante y la cordura de una postura
política claramente obrera. En Azul, el
Frente de Izquierda presenta una lista con una importante pluralidad de cuerpos
militantes, que reúne destacados luchadores sociales, sea del movimiento
estudiantil, de los movimientos barriales, referentes sindicales clasistas,
estandartes de las luchas obreras, o del movimiento LGTBI y de los DDHH. Pero
esta lista no sólo carga sobre sus hombros el peso de sus luchas sino que
también destaca la jerarquía de un programa político, atravesado en su
totalidad por un pliegue de reivindicaciones sociales que lo distingue de los
partidos patronales. La crisis de los capitalistas es de los capitalistas, no
somos los trabajadores los que debemos sufrir su descarga en nuestros
vapuleados bolsillos.
En
Azul la década perdida: El contexto político
azuleño se ve asimilado como pocas veces al panorama nacional. La campaña
electoral del FPV que llevó al gobierno municipal a Inza fue construida con el argumento de sumar a nuestra ciudad al modelo
Nac&Pop para poder agilizar y articular las demandas. Sin embargo, esto no
fue más que una clara alineación a las políticas de ajuste que bajaban desde
provincia y desde nación. Como consecuencia, a casi un año y medio de gobierno
la desocupación alcanza el 12,5% y la
posibilidad de que varias industrias azuleñas ingresen en recesión amenaza con
incrementar aún más ese índice. Hace algunos días la secretaria de cultura (candidata
a concejal por el FPV) Estela Cerone presentaba el proyecto municipal “trabajo
joven”. El mismo tiene como objetivo iniciar a los jóvenes en el ámbito
laboral. La funcionaria partió del reconocimiento de la escandalosa
desocupación juvenil para dar fundamento a la creación de quince puestos de
trabajo ¡sólo quince! por un salario de 1300 pesos. Puso así de manifiesto la
precarización laboral y la explotación juvenil como política de estado. Pero
para seguir el guion al pie de la letra, la gestión de Inza cuenta con una
grave denuncia de corrupción, que llevó al intendente a ser interpelado por el
Concejo, lo que no es un dato menor, ya que esta gestión de la mano de Requelme
y la graN maKro estuvo a punto de cometer el hecho de corrupción más grande de
la historia de Azul.
Claro que la responsabilidad del
estancamiento de nuestra ciudad no recae únicamente en el desgastado
intendente; tenemos que remontarnos a las gestiones del duclosismo, que se
encargó de desterrar todo tipo de proletarización y se jactó de construir
gestiones elitistas que limitaron el crecimiento de nuestra ciudad, incrementando
la fuga de jóvenes a otros núcleos urbanos en busca de mayores posibilidades.
La re-candidatura de Claudio Molina encabezando la lista del FACyS nos anuncia
más de lo mismo, pero con la vuelta de viejos amigos (UCR). La derecha radical
unificada se juega un fuerte duelo para volver a descontar en el marcador de
cara a las elecciones del 2015 y el concejo deliberante es su más férrea
esperanza. Se está cocinando un menú del cual los trabajadores no vamos a tener
la posibilidad de degustar.
Los conflictos sociales que vienen
sacudiendo la política local son el espejo de las deplorables gestiones, y no es curioso que tales
levantamientos no sean aislados. Si comenzamos a contar podemos ver el hospitalazo, la defensa de carreras en el
Palmiro Bogliano y el instituto 2, las movilizaciones por la escuela 17, el
nacional sin gas, la lucha papelera, el levantamiento del San Francisco, los
conflictos en Efasa, etc. Todos estos reclamos a su vez se conectan de manera
directa con la situación que atraviesa el país, es decir, el vaciamiento de la
salud y la educación pública, las
políticas anti obreras, el crecimiento de la tercerización, de la precarización
laboral, el trabajo en negro, el impuesto al salario, la inflación que ya es
del 30% anual. Mientras el pueblo sufre la degradación sistemática del salario
el gobierno le da rienda suelta al lavado de dinero a manos de la mafia más
podrida, una desdicha que merodea los límites de las mayores corruptelas que se
han visto. Para terminar de cerrar esta conclusión es necesario aclarar que
tanto los K como la Opo son las dos caras de una misma moneda. La represión de
Macri en el Borda muestra los oscuros intereses inmobiliarios y la cara de las
políticas fascistas ¿los enemigos que votan el 90% de las legislaciones juntos,
son tan enemigos? No nos olvidemos del socialismo sojero que ha profundizado
como nunca el monocultivo en nuestro país otorgando ganancias históricas a la
vieja oligarquía terrateniente, como así también la enorme penetración de las semilleras
agroquímicas multinacionales, que ya son
dueñas de un monopolio, como es el caso de Monsanto.
La
izquierda de cara a las primarias: El derrumbe de
la economía en Europa ha puesto en el
centro de la polémica a la izquierda que ya anunciaba y destapaba ante el
silencio de los partidos tradicionales que la crisis no había pasado. El
sistema capitalista está atravesando una crisis con pocos precedentes similares.
Es tal el grado de contradicción que sólo existen dos salidas catastróficas a
la bancarrota del capitalismo mundial. O la salida la encamina la burguesía y
entramos en una nueva era de barbarie, o la hacemos los trabajadores y marcamos
un nuevo rumbo en la historia de la humanidad. Hace algunas semanas en la
movilización que convocó a cientos de miles
de turcos se hizo presente el E.E.K (partido revolucionario griego). Los
mismos estuvieron encabezando dicha movilización, con la particularidad de
portar una flameante bandera del Partido Obrero. El levantamiento de Brasil nos manifiesta que
en Latinoamérica la crisis está pegando fuerte y que los estados no están
blindados.
La sintonía fina del ajuste ha quedado en el
tiempo, ya que es inevitable ocultar el agotamiento del modelo. Las elecciones
primarias dan al pueblo trabajador una oportunidad única para hacer valer su
voto, llamamos a todos los sectores obreros y trabajadores a votar al Frente de
Izquierda para poder terminar con la precarización laboral, con el impuesto al
salario, la derogación del proyecto X y la ley antiterrorista, por un 82%
móvil, por salario mínimo vital y móvil. Que la salida a la crisis no le pese
al trabajador, vamos por el impuesto progresivo a los grandes capitales,
otorguémosle un valor social a la tierra ociosa con una ley de tierras, por un
plan de viviendas populares. Los trabajadores necesitamos tener una voz en la
legislatura, como así también en el concejo deliberante. Vamos con el Frente de
Izquierda y de los Trabajadores!
(*) Nahuel Mirande (UJS-PO, Azul)
Candidato a consejero escolar
Frente de Izquierda y de los Trabajadores