jueves, 16 de febrero de 2012

Un golpe duro a una lucha que tiene que ser de todos




¡TODOS SOMOS PAPELEROS!

 Escribe Oscar Rae (UJS); desde Chillar, Partido de Azul.
El papelero Cristian Lara (Pachi) se quito la vida en medio de  la gran lucha que libraba  junto a sus compañeros de papelera de Azul, por la fuente de trabajo. Después de cuatro meses sin cobrar y de que la patronal brillara por su ausencia, decidieron que la salida era poner a funcionar la fábrica bajo organización cooperativa, recibiendo solo gestos tibios y poco comprometidos por parte del intendente kirchnerista  Inza y los funcionarios partidarios de su gestión. Con el asesoramiento legal de Jorge Moreno, resolvieron presentar un amparo solicitando a la justicia declarar el lock out patronal por cierre ofensivo y la autorización  para la reactivación de la fábrica bajo control obrero. El juez Cataldi respondió ese pedido con un fallo contrario a los derechos de los trabajadores, argumentando que el amparo era prácticamente un pedido de autorización para delinquir, ya que atentaba contra el derecho de propiedad de los empresarios.
Los culpables políticos de este doloroso desenlace para Pachi, son tanto Jorge Scavuzzo, Abel Amaya y Germán Vena, como propietarios vaciadores responsables de la papelera; como el juez Jorge Cataldi que ignoró la difícil situación de los trabajadores y desconoció la negligencia de la patronal, evadiendo de esta forma la responsabilidad de actuar como debería haber actuado: defendiendo la fuente de trabajo de los trabajadores y no la imposición de propiedad de los que atentaron contra el funcionamiento de la fabrica; y la actuación carente de compromisos concretos de la municipalidad de Azul, gobernada por el Frente para la Victoria.
Después de esta dura noticia, se hacen más fuertes  los planteos de los trabajadores de que la empresa que fue abandonada por los empresarios ahora pase a manos de quienes tienen intereses más que demostrados de que la papelera funcione como fuente de trabajo y de productos para la sociedad. También es urgente que el gobierno municipal se ponga del lado de los trabajadores y brinde una solución concreta a la familia de Lara, que ha quedado conformada por una madre desempleada y sus cuatro hijos.
Esta lucha debe ser encabezada por toda la ciudad de Azul, brindando su apoyo, acercándose a la fábrica, colaborando con el fondo de huelga, manifestando cada vez que  haya que hacerlo. No puede permitirse esta alianza  entre el poder económico y político a espaldas de los trabajadores.
La consigna común tiene que ser ¡todos somos papeleros!; ya que cualquiera pudo haber sido estafado por empresarios corruptos, abandonado por gobernantes indiferentes y desoídos por jueces insensibles.

MIENTRAS CAMINABA ...



LOS TRABAJADORES VIENEN MARCHANDO



Publicado en Noticia en Foto Texto de Silvio Randazzo. 
En el sitio, con imágenes contundentes. Fotografías que pueden verse allí y fueron tomadas por la cámara de Héctor García.


[Febrero 16/2012, 01:40 horas]


LOS TRABAJADORES VIENEN MARCHANDO
Durante el trayecto que cubrió la manifestación encabezada por los empleados de Papelera Azuleña desde la Municipalidad hasta los Tribunales, el cronista de Noticia en Foto supo reflexionar sobre diversas cuestiones que hacen al magro presente de estos trabajadores azuleños.

Por Silvio Randazzo/ Redacción de NeF

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Azul-Buenos Aires.- Mientras caminaba rumbo a Tribunales consideraba lo mucho que nos cuesta, a los azuleños, caminar por el otro, atisbar la chance de que, en algún momento, ese otro puedo ser yo.
Mientras caminaba, a mi mente vino el encuentro fortuito con Miguel, trabajador de la Papelera, la noche anterior. Reconstruí sus ojos llorosos, afligidos pero, a la vez, rabiosos, y su esfuerzo por no esclarecerme por completo su impotencia y su penuria, esa mezcla rara de desamparo total que provocan algunas muertes con energía motora que obliga a no ceder.

Mientras caminaba –acalorado y en silencio-, ensayaba una reflexión sobre la agónica decisión de Cristian Lara. Intentaba preguntarle a él si esa cuerda al cuello no significaba abandonar a sus hijos y doblar en la primera esquina que la cobardía brindó. Inmediatamente, mi mano inserta en el bolsillo derecho tomó conciencia de algunos billetes que la rozaban y la vergüenza cacheteó sin clemencia a mi imprudente dictamen. Porque esos pocos billetes míos forman parte de un sueldo pago al día, porque la comida se sirve diariamente en mi casa y no debo esperar, afligido, una donación comunitaria para entusiasmar al paladar, porque en esa misma casa, el confort básico necesario todavía está a mi disposición y porque, después de todo, el Manual de Recetas Infalibles para sobreponerse a una vida indigna, aún no está en la batea de librería alguna.

Mientras caminaba, una bandera de la Universidad del Centro se interpuso brevemente en mi camino. Contemplarla tuvo como eco interno la ponderación, una vez más, de la educación como instrumento de emancipación (aunque parcial), como herramienta para pugnar después por ser un trabajador independiente, sin necesidad extrema de someterse a una patronal que, sin pudor, resguarda antagónicos intereses a los de sus empleados, apañada por un sistema siamés, gemelo, que comparte su condición de vil. Un sistema que, claro está, ningún gobierno argentino se animó a destruir.

Mientras caminaba, y a propósito de lo antes dicho, planteaba “pa’ mis adentros” por qué los trabajadores de Papelera padecen esta miseria si la planta está inmersa en el contexto de un gobierno popular. Y es que el empresario (¡bienvenidas todas las excepciones!) no es popular, es carroñero, savia de un sistema perverso que generó las condiciones para que millones de personas sientan que deben encadenarse al capricho de estos tipejos que ven en esas humanidades apenas un engranaje al cual mantener cautivo con un sueldo que obliga, mes tras mes, a volver a las tareas, ya que este entramado no desea una superación personal.

Mientras caminaba y el mediodía se erigía sin clemencia térmica, una flamante interpelación golpeó las vísceras: ¿en qué tramo de esta caravana estarán caminando los representantes de los productores rurales? Porque resulta difícil de admitir que esos loables “representantes del pueblo” hayan faltado a esta cita callejera. No se oyó el retumbe copioso de las cacerolas.

Mientras caminaba, ya a muy pocos metros del Palacio de Justicia, el espíritu del comunicado que el apoderado de Papelera S.A., Germán Vena, publicó recientemente en EL TIEMPO, también acudió a esta reunión de humildes reflexiones íntimas. Es que en esa nota, este señor hizo ver que la planta no producía (por ende, no recaudaba) por el capricho mal asesorado de esta veintena de trabajadores de hacer una toma y decidir no aplicarse a sus labores. Y tiene razón el apoderado: algunos, con tal de no gozar de la dignidad que otorga el poder trabajar, son capaces de elegir el suicidio. 

Marcha de los Trabajadores de Papelera Azuleña


Por estudiosdynamo en youtube.-

Martes 14 de Febrero 2012
Marcha de los trabajadores de Papelera Azuleña S.A. al Palacio de Justicia. Reclamo al juez subrogante Dr. Jorge Cataldi del Juzgado Civil y Comercial N°1 por su fallo contra el pedido de los trabajadores para hacerse cargo de la fábrica ante la ausencia total de sus dueños que les deben más de 5 meses, más de un millón de pesos. La marcha se realizó en memoria del papelero Cristian Lara, quien el lunes 13, cerca del mediodía, se quitó la vida ante esta tremenda situación laboral y social.

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