lunes, 25 de junio de 2012

El populismo se devalúa: Cristina elige a los empresarios petroleros.



Escribe César Raineri (ex ypefiano; especial para Las Rozas de Azul).
La verdadera intención de la reprivatización de Repsol queda poco a poco al desnudo,  criminalizando  la protesta social  en medio del marco general de quiebra del modelo K.

Hemos señalado en nota anterior que las áreas alcanzadas por la "estatización" dejaba otras privadas que se habían beneficiado de la ley Corta de Néstor Kirchner prorrogando su concesión hasta el 2047. 

El área en cuestión es la más productiva del país en petróleo y se trata de Cerro Dragón, en el límite entre Santa Cruz y Chubut, en manos de un consorcio que involucra a Pan American Energy, Bridas (Bulgheroni) y la china Sinopec.

La noticia que ocupa la primera plana en los grandes medios del país, se trate de la Corpola TV Pública, destaca que unos 500 trabajadores de la UOCRA ocuparon ese yacimiento, levantando sobre ellos todo tipo de calumnias para criminalizar la protesta y preparar la represión.

Pero mientras sucede esto se oculta con sigilo el apuro que Pan American, Bridas y Sinopec tienen para continuar su producción.

Resulta que según el diario de Chubut, El Patagónico del día 16 de junio, es casi un hecho la devolución del plan Petróleo Plus que había sido suspendido en febrero de este año. 

El plan en cuestión es un enorme susidio en créditos fiscales para impulsar en primer lugar la producción de crudo y, en segundo,  exportar mayores cantidades y beneficiar a las petroleras con precios internacionales de más de 100 dólares el barril, cuando el precio interno es de apenas 42 dólares. De paso, Cristina y Buzzi, el gobernador provincial que ofició de vocero a nombre de las petroleras, se benefician con mayor cantidad de regalías y retenciones, todo esto en nombre de un supuesto abastecimiento interno y precios congelados en los surtidores, pero resulta que este plan y su hermano Gas Plus que sigue en vigencia y en este caso beneficia a las áreas bajo el nuevo control de YPF estatal en Neuquén, se aplica desde hace años y nunca logró ni contener los precios en las estaciones de servicio ni garantizar el abastecimiento.

Como se ve, la preocupación de Cristina y las petroleras nada tiene que ver con los reclamos obreros, sino con garantizar caja y beneficios empresarios.

El progresismo nacional y popular no puede doblegar su veta ultra conservadora eligiendo claramente defender los intereses empresariales en lugar de las demandas populares.

Mi solidaridad con los trabajadores petroleros.


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