sábado, 2 de junio de 2012

Néstor Pitrola sobre la crisis sindical y la actualidad del Movimiento Obrero.

YPF, una historia oficial de la izquierda

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Rafael Santos En Prensa Obrera (1224) |
“Nuestro país tiene una larga, rica y heroica historia petrolera. Tal vez una de las gestas nacionales más grandes que tuvimos. Desde esa convicción -dice la organización trotskista MST-, rescatamos a Mosconi, no por capricho sino por coherencia…”.

YPF nunca tuvo, en realidad, el monopolio de la industria petrolera: convivió con las empresas imperialistas (Standard Oil, Shell, Esso, etc.) durante toda su existencia. Argentina no se autoabastecía en materia de hidrocarburos, que importaba a través de las compañías anglo-yanquis. El nacionalismo petrolero se manifestaba, en forma incesante, en los impedimentos para que ingresara a Argentina (el Chaco salteño) la Standard Oil. Precisamente por esto, Argentina apoyó a Paraguay (Shell) contra Bolivia (Standard), en la guerra del Chaco y explica el golpe del ’43, el que se hizo para impedir la llegada al gobierno del salteño Patrón Costas, del ala yanqui de la oligarquía. Los yanquis tuvieron su revancha con Frondizi. La burguesía argentina nunca expropió petroleras extranjeras -como sí lo hicieron México, Bolivia o Perú. YPF fue la caja esquilmada por todos los gobiernos burgueses. Frondizi, primero, y la última dictadura, después, la llevaron a la quiebra.

Mosconi, quien asumió la jefatura de YPF en 1922 bajo el gobierno escasamente antimperialista de Alvear, procuró el crecimiento de YPF, a la que veía como una valla contra la Standard yanqui. Según un estudioso, sin embargo, “conviene advertir que el monopolio que propugnó Mosconi no excluía la participación de capitales privados asociados a YPF en lo que él denominó monopolio mixto con participación del capital privado nacional” (Antonio Iglesias, Política Petrolera Argentina, pág. 57). El monopolio estatal de toda la industria petrolera fue incorporado al programa de la UCR por Yrigoyen, pero al decir de un diputado socialista de la época “se trataba de una postura demagógica de los yrigoyenistas” en su lucha contra Alvear.

Plataforma 2012 asegura, por su lado, que YPF fue un “testimonio contundente del uso de los hidrocarburos como recursos estratégicos al servicio del crecimiento y desarrollo de nuestro pueblo” y que “sintetizaba (…) las garantías y oportunidades del Estado social argentino (derechos sociales, protección social, bienestar general)…”.

¿De qué habla? El movimiento obrero petrolero tuvo que luchar a brazo partido para imponer la defensa de sus condiciones de trabajo. En las duras condiciones de vida de Comodoro Rivadavia, “la jornada laboral de los petroleros era de entre diez y doce horas diarias (…) Los precios de los principales productos de la canasta familiar (estaban) entre 100 y 500 por ciento por encima de los vigentes en Buenos Aires” (Nicolás Gadano, Historia del petróleo en Argentina 107-1955 ). Entre 1917 y 1920 se desarrollaron una serie de combativas huelgas petroleras, ya que tuvieron que enfrentar “el despido de 14 dirigentes sindicales tildados de ‘agitadores’ por las autoridades” (ídem). “Con el apoyo de la Marina y del gobierno de Yrigoyen, las autoridades locales enfrentaron duramente a los dirigentes gremiales de los petroleros” y lanzaron “un proceso de ‘argentinización’ de la mano de obra, reemplazando a los ‘conflictivos’ inmigrantes por trabajadores del norte del país, menos preparados pero más dóciles en cuestiones gremiales” (ídem).

Control social o control obrero
El centroizquierdismo que reclama la estatización de YPF (¿y el restante 66 por ciento de la industria?) plantea que debe ser puesta bajo ‘control social’.

¿Qué es el control social? La Constitución que, en 1994, votó Pino Solanas (entre muchos otros, claro) ratifica el sistema de gobierno representativo como expresión del ‘control’ de la ‘sociedad’. ¿A quién controla el ‘control social’? ¿A los elementos antisociales? El control obrero, en cambio, es un control contra el capital. Es el principio hacia una gestión colectiva de la clase obrera de los medios de producción.

Solamente la clase obrera ha enfrentado paso a paso todos los intentos de sabotaje a la empresa estatal y defendido el interés ‘nacional’. Los petroleros enfrentaron con huelgas las privatizaciones de Frondizi y, por eso, sufrieron la militarización de sus lugares de trabajo. Lo mismo hicieron contra la dictadura de Onganía, en oposición a la privatización de la Destilería de Ensenada. Cutral Co, General Mosconi y el norte santacruceño quedarán como gestas obreras heroicas contra la privatización de Menem.

La crisis energética es parte de una crisis de régimen y plantea, más que nunca, la lucha por la expropiación integral de todos los monopolios petroleros, sin pago de indemnización, y por el control obrero colectivo.


Nota de Tapa (Prensa Obrera 1224)



EL AGUINALDO EN PELIGRO

Partido Obrero |
Cuando falta todavía un mes largo, los gobiernos de las principales provincias ya están anunciado que ‘desdoblarán’ el pago del medio aguinaldo. La dilación en el pago de los salarios, quincenales o mensuales, ha comenzado de todos modos -incluso en numerosas empresas.

No es casual, entonces, que el ministro Tomada le haya ‘pegado’ a su vice por el anuncio de que el gobierno reduciría el impuesto al salario mediante una elevación del mínimo no imponible.

Esa elevación sería, de cualquier modo, por un porcentaje ridículo. Los salarios financiarán cada vez más el ‘modelo’ bajo el disfraz de la pesificación.

La política para que los trabajadores paguen la crisis fiscal y la fuga de capitales se manifiesta ahora en un enfrentamiento intra K: la burocracia sindical de la Afip, ultra K, denuncia al ultra K Echegaray por ‘pisar’ las paritarias del sector.

Los capitalistas y los terratenientes son tratados de otro modo.

En la provincia de Buenos Aires hay una pelea ruidosa, es cierto, pero porque Scioli quiere aumentar la valuación fiscal de las tierras agrícolas en un 50 por ciento, cuando su precio de mercado aumentó, desde el último revalúo, un 500/600 por ciento.

Los ruralistas salieron a quejarse para conseguir que el aumento se aplique de a poco, como ocurre en la provincia de Santa Fe, gobernada por la coalición de Binner y la CTA de Lozano y De Gennaro.

Los K van a otra ‘pelea’ contra ‘el campo’ por una recaudación anual de dos mil millones de pesos -una gota en el océano del déficit fiscal de la Nación y las provincias.

Si es como dijo la Presidenta que los empresarios se han llevado dinero con palas, entonces, que ellos paguen la crisis.
Paritarias libres, abajo el impuesto al salario y a las jubilaciones, recuperación de las asignaciones familiares, cobro de los salarios (y del medio aguinaldo) en fecha, ajuste por inflación.

Salario mínimo igual al costo de la canasta familiar; 82% móvil para las jubilaciones.

Ningún despido ni suspensión. Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario de bolsillo.

Que la CGT lance un plan de lucha y que convoque a un congreso de trabajadores para elaborar un plan alternativo a la fraudulenta pesificación oficial.

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