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La ley que establece la elección popular del Consejo de la Magistratura ha sido la excusa perfecta para juntar a derechas e ‘izquierdas’ -o mejor, a Macri y Binner. Los primeros en salir a promover el engendro fueron los ‘luchadores’ de Libres del Sur. El pretexto es que ni uno ni otro tiene personería en 18 distritos, que es el requisito mínimo para poder juntar la boleta nacional al Consejo con las de legisladores en los distritos. Los K habían armado esta ley con la intención de obtener la posibilidad de un voto plebiscitario nacional, en una elección de medio término exclusivamente legislativa. Ahora bien, montar una lista de consejeros, quienes tendrán a cargo la supervisión del Poder Judicial y la designación de jueces, traduce una coincidencia estratégica muchísimo mayor que la que podría resultar de alguna alianza para diputados. Macri y Binner no van juntos en el Consejo para poder ir separados en legisladores, sino que van separados aquí para justificar una alianza estratégica en la disputa por el control de la Justicia.