domingo, 9 de septiembre de 2012

Ocupación de tierras en Azul: el Estado municipal conduce a los vecinos a callejones sin salida


ORGANIZAR LA UNIDAD DEL RECLAMO Y DIRIGIRLO AL ESTADO


Inmueble que la Municipalidad pidió no ocupar a los vecinos que se instalaron finalmente en un terreno cuyo propietario hoy lo reclama.



La ocupación de tierras en Azul es un fenómeno en expansión que se visibilizó totalmente con la toma colectiva protagonizada hace ya más de un mes por 19 familias, a consecuencia de la falta de respuesta del Estado municipal al reclamo de vivienda. En algunos casos fue producto de que el municipio dejara de solventarles los gastos de alquiler.

La ocupación colectiva se produjo, entonces, con posterioridad al reclamo de esas familias a las que el Estado no dio solución, empujándolas a la toma. La advertencia de que no se metieran en el predio recuperado por la municipalidad muy cerca del terreno finalmente apropiado explica que, además, los funcionarios municipales promovieron la ocupación de uno privado y, más aún, de ese en particular.

La indiferencia oficial que siguió a la instalación de los vecinos en esa manzana, donde ya progresa la construcción de sus precarias viviendas, confirma que el propio gobierno municipal la alentó desde el principio. Ahora que estalla un conflicto judicial con el dueño -pedido de desalojo-, se desentiende. 

La perversión de los funcionarios es mayúscula. Convierten un problema social en una guerra entre vecinos. No sólo entre los ocupas y el propietario del inmueble, sino también entre las familias del asentamiento y las del barrio donde se emplaza la tierra en conflicto. A cargo de la redacción del guión está el estado como gran productor del problema y sus consecuencias, incluso las represivas contra los que luchan por un techo.

El Estado municipal debe dar solución inmediata para garantizar la vivienda a estas familias. Si las ha conducido a esta toma, debe responder por eso y frenar el curso de la acción judicial contra ellas.

El Partido Obrero propone que se haga un censo de tierras fiscales y privadas ociosas para ponerlas al servicio de un plan de viviendas populares bajo control de los vecinos y los trabajadores, financiado con un impuesto especial a los grandes terratenientes y capitalistas del distrito.

 Partido Obrero de Azul.



Juan Ignacio: para muestra, un botón



¿De qué lado estas?
Bajo el titulo ¿De qué lado estas?, Agua y Aceite apunta:
"Juan Ignacio trabaja en los programas de Niñez y Adolescencia que impulsa el líder del Pro, Mauricio Macri y al mismo tiempo es el principal asesor de José Inza, quien abraza las banderas del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidente de los argentinos Cristina Fernández de Kirchner." También recuerda que comenzó su carrera con Francisco De Narvaez. Texto completo en: Agua y Aceite

Juan Ignacio Inza, el hijo del intendente (Azul), es la demostración irrefutable de que los proyectos macristas y cristinistas no se contraponen en absoluto. En la misma dirección, en igual sentido, el capital los abraza y ellos abrazan al capitalismo. Carreristas políticos.

K-Clarín: aprestos para la batalla


Gabriel Solano en Prensa Obrera |
El gobierno está preparando un desembarco en el grupo Clarín para el próximo 7 de diciembre, cuando se vence el plazo de la medida cautelar dictada por la Justicia. Según Urgente24.com, “quienes frecuentan los pasillos de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), comentan que los camporistas están dispuestos a todo con tal de desmembrar a Clarín desde las 00:00 del 8/12″. El propio multimedio entiende que las últimas designaciones en AFCSA apuntan a concretar su desguace a partir del 8 de diciembre (Clarín, 3/9).

La nueva procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, manifestó que la Justicia no puede ser “indiferente ante la entronización de un conglomerado monopólico de medios que amenaza la democracia” (La Nación, 2/9). Parece algo sensato, salvo un detalle: difícilmente Carbó opine lo mismo si el lugar de ese “monopolio hegemónico” lo ocupa el Estado y, más específicamente, el gobierno nacional. “6,7,8″ se las arregló para negar que en la Panamericana haya existido represión y que los detenidos fueron a parar a Campo de Mayo.

Clarín mandó a Lanata a Venezuela para ilustrar el abuso mediático y judicial del chavismo. Lanata agregó al personaje de CFK a la historieta. Lanata no miente, sólo omite: no dice que Chávez es un producto de la masacre perpetrada por sus adversarios contra el pobrerío el cual se insurreccionó en el Caracazo contra un tarifazo y un ajuste fondomonetarista.

El gobierno ha reclutado a dueños de multimedios -como el grupo Vila-Manzano, Hadad y Szpolski- que pretenden beneficiarse del desguace del grupo Clarín, incluidas sus licencias y abonados. Es decir que aspiran a una reprivatización. La “ley de medios” consiste, justamente, en procurar una redistribución capitalista del mercado de la comunicación. Sin embargo, la transición hacia la reprivatización se hará mediante una estatización precaria, cuyo plazo se puede extender por todo el año 2013 -o sea, durante el año electoral.

La oposición patronal está detrás de Clarín, pero no se juega el pellejo. Luego utilizará electoralmente la intervención para denunciar el autoritarismo.

La libertad de expresión es incompatible con el monopolio capitalista, público o privado, de los medios de comunicación. Cuando el monopolio es del Estado, se usa para la regimentación ideológica. Quienes defienden el “estatismo” de los medios de comunicación hacen abstracción de que el Estado es un aparato de coerción, regimentación y represión en defensa del régimen social vigente.

En oposición al monopolio capitalista, privado o estatal, reivindicamos una gestión colectiva de los medios de comunicación bajo la dirección de los trabajadores, con la participación de todas las tendencias políticas, sociales, del arte y la cultura.

La Korpo de Cristina: ¿es la solución a la Corpo de Magnetto?

Llamamiento a periodistas y trabajadores de prensa

Los trabajadores de los medios necesitamos otra salida


El gobierno kirchnerista decidió ir a fondo contra el grupo Clarín. Se prepara para intervenir Cablevisión el 7 de diciembre, cuando venza la medida cautelar interpuesta por Héctor Magnetto para eludir la disposición de la “ley de medios” que establece un máximo de 24 licencias de TV en todo el país (Clarín tiene 158).

Se trataría de un golpe demoledor, ya que Cablevisión le aporta al grupo el 60% de sus ingresos.

Pero también Canal 13 ó la señal de cable TN podrían caer en la volteada y terminar intervenidos por el Gobierno como parte de la misma obligación de desinversión.

Parte de la ofensiva oficial, son también los avances de Guillermo Moreno sobre Papel Prensa. El manejo oficial de la principal empresa de papel de diario del país le daría otro golpe muy grande al grupo de Noble y Magnetto.

MANIPULACION Y RE-ELECCION

El monopolio quedaría así prácticamente fuera de juego de cara al 2013, crucial año electoral, cuando se dirimiría la suerte de la re-reelección y la estabilidad política del Gobierno hasta el 2015.

Y, a su vez, el resultado de estas medidas podría derivar en una estatización de un sector decisivo de los medios de comunicación. Es que, con el recurso de una intervención estatal se podría dilatar la re-privatización legal en el tiempo y dejaría al Gobierno en posesión de los medios de la Corpo.

El Estado debería hacerse cargo de la ‘desinversión’ del multimedio, un camino plagado de corruptelas y de conflictos de todo tipo. Y tendríamos ‘cadena’ las 24 horas del día.

Es que, si bien la “ley de medios” que se invoca para hacer desinvertir a Clarín estuvo concebida para reordenar el mapa de los medios a favor grupos empresarios ligados férreamente con el Gobierno, de cara a las necesidades políticas del kirchnerismo, la reprivatización de las empresas de la Corpo podría demorarse el tiempo que al Ejecutivo le resulte necesario, ya que los grupos ligados al Gobierno (Vila-Manzano, Telecentro y otros), tienen dificultades para apropiarse en el corto plazo de las licencias de Clarín. El revés judicial del grupo Vila-Manzano en la intervención a Cablevisión pone de relieve la falta de espaldas de este monopolio mendocino y su incapacidad para enfrentar a Magnetto. Vila-Manzano no recibe la presión del Gobierno para desinvertir aunque, por la concentración de licencias, también viola la “ley de medios”.

OTRA QUE “CLARIN MIENTE”

El Estado arbitra y arbitrará el nuevo reparto del espacio mediático, de modo que los nuevos capitalistas serán apéndices más o menos disimulados del Gobierno.

Así, una estatización del monopolio, cualquiera sea las características que adopte, le daría al Gobierno un arma decisiva de manipulación y de control de la información al servicio de los intereses capitalistas que el kirchnerismo defiende.

De producirse un ‘desguace’ del grupo, conoceríamos en forma exacerbada el famoso “Clarín Miente”. Los Ciccone y Boudou, el Indek y la inflación, Pedraza y su patota, Gerardo “601” Martinez, la contaminación de las mineras y la depredación del medio ambiente, desaparecerían como factor de denuncia. Para quienes necesiten un ejemplo, basta ver el tratamiento “informativo” que los medios oficialistas le dieron a la brutal represión contra los desocupados que la Gendarmería de la ministra Nilda Garré descargó hace unos días en la Panamericana.

CAPITALISMO Y LIBERTAD DE EXPRESION

En el choque entre el gobierno y Clarín se juegan intereses capitalistas, así como también replantea el monopolio capitalista de la libertad de expresión.

En lo que respecta a los trabajadores de prensa, la libertad de expresión que hoy está coartada, en este caso, por el grupo de Noble/Magnetto, pasaría a estar sometida al control de los ‘comisarios’ políticos del Gobierno. Como sucede en Télam, donde las noticias que se emiten son del “Mundo Feliz” y se tira al cesto cualquier dato o noticia que pueda tener el más mínimo tufillo crítico. O en Radio Nacional, donde se llegó a prohibir informar que Mariano Ferreyra era un militante y mucho menos precisar que era del Partido Obrero (la orden fue mencionarlo como un trabajador tercerizado). O el despido de trabajadores díscolos al “relato” en Canal 7.

Nosotros combatimos contra el monopolio de Clarín porque también defiende intereses capitalistas y pretende imponer “un discurso” contra los trabajadores y los sectores populares. Y porque, consecuentemente, explota y censura a los compañeros de prensa que trabajan en sus medios.

Pero denunciamos el propósito reaccionario del Gobierno, que pretende utilizar la comunicación para domesticar a las organizaciones populares, ponerlas bajo su tutela y, en definitiva, estatizarlas.

NUESTRA POLITICA

En oposición a esta maniobra reaccionaria, que nada tiene de progresiva por más esfuerzos que hagan los epígonos oficiales, llamamos a luchar por una gestión de los medios por parte de los periodistas y los trabajadores de la cultura y de los representantes de los sectores populares.

Alertamos sobre la ofensiva que puede desatarse sobre los trabajadores de los medios de Clarín y llamamos a defender la continuidad laboral y la prohibición de cualquier despido de trabajadores de prensa y gráficos y de televisión. Luchamos por la defensa integral del Estatuto del Periodista y los convenios.

Denunciamos también que cualquier intervención estatal del kirchnerismo supondría para los trabajadores de cualquier medio público o privado un cercenamiento aún mayor de la libertad de expresión.

Semejante poder omnímodo del Gobierno sobre los medios crearía un clima general de intimidación contra todos los trabajadores de prensa, incluso para aquellos que se desempeñan en los medios “críticos” del Gobierno o, al menos, que no están alcanzados de manera directa por la mano K, o que no se ubican taxativamente en uno u otro campo. Esto es así porque el refuerzo de la monopolización estatal de los medios operaría, para encontrar un simil, como la desocupación sobre los reclamos salariales, que exhiben una tendencia a moderarse ante la amenaza de despido con menos posibilidades de encontrar un nuevo trabajo. Si el Gobierno avanza sin resistencia sobre cada medio crítico, nadie se sentirá a salvo de ejercer libremente su trabajo de periodista, cuya esencia para el ideario más liberal que existe sobre la profesión es escrutar al poder, ya que no sabrá en qué momento su propio medio puede caer en manos del Gobierno o de un empresario amigo. Frente a su propia patronal, aún cuando la patronal sea de la Corpo que no ha caído en manos oficiales, el periodista también se verá debilitado para luchar contra la censura, al restringírsele las opciones en las que apoyarse -al menos individualmente y dejando de lado, por ahora, las opciones de lucha colectiva- para resistir la imposición del relato de su propia patronal. Como criterio general consideramos que todo menoscabo legal y social sobre la libertad de expresión perjudica estratégicamente a la clase obrera en general y a la que se desempeña en los medios en particular y supone, siempre, un reforzamiento de las posiciones patronales sobre sus propios trabajadores aunque la patronal en cuestión milite circunstancialmente en el campo rival del Gobierno autor de la eventual iniciativa censora.

Para ser más claros, todo ataque a la libertad de expresión o todo retroceso en las libertades para ejercer la tarea periodística será, más temprano que tarde, un reforzamiento de los Magnetto /Noble contra sus trabajadores aunque en el camino o coyunturalmente se vean perjudicados. En todo caso serán los nuevos Magnetto Noble surgidos de la nueva configuración capitalista (que tenderá a ser monopólica de manera inevitable por imperio de las leyes que rigen el desenvolvimiento del capital) los beneficiarios directos de ese cuadro de intimidación contra los trabajadores periodistas, si es que se de el caso extremo de una pulverización de la patronal en cuestión en el aquí y el ahora.
El tan temido poder de Clarín fue el resultado de una sucesión de ataques a la libertad de expresión ejercidos desde el poder estatal. El primero de todos por parte de Juan Perón en su segunda presidencia, contra el diario La Prensa, cuya página de clasificados, su gran negocio de la época, pasó directamente a manos del joven diario Clarín, debido a las buenas migas ocasionales de Roberto Noble con elementos de ese gobierno. Ese fue el primer gran golpe de mano de Clarín, que le permitió pegar un salto descomunal en etapa tan temprana de su historia. Ni hablar de los ataques a la libertad de expresión ejercidos por la dictadura de Videla, que redundaron en un considerable aumento del poder económico de Clarín como premio a su política de ocultamiento de los crímenes de los genocidas; fue, además, ese impresionante poder estatal dictatorial, reforzado por la suma del poder público y el control de los medios, lo que le permitió a Clarín terminar con todo vestigio de oposición gremial, una faena que empezó incluso antes, bajo el gobierno de la Isabel y el imperio de las Tres A.

Consecuentemente, la restricción de la libertad de expresión por la vía de la acción estatal supone siempre un reforzamiento del propio aparato estatal en general, cuyo carácter conspirativo contra la clase obrera y el pueblo se desenvuelve mejor sin periodistas y /o medios que pretendan echar luz sobre su condición secreta y represiva. Todo reforzamiento del carácter represivo del Estado o del propio estado termina siempre yendo a parar a la cuenta de los capitalistas, que se valen de ese estado para sojuzgar a la clase que explotan.

Ante esta puja entre el Gobierno y la Corpo resulta fundamental abrir una deliberación entre los trabajadores de todos los medios, que defienda el derecho a la información de nuestro pueblo contra la censura y la manipulación de todas las fracciones capitalistas estatales y privadas en pugna.

De  La Naranja de Prensa en su sitio web.-

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