sábado, 22 de septiembre de 2012

El XXVII Encuentro Nacional de Mujeres


La lucha por la independencia del movimiento de mujeres

Por Vanina Biasi -Partido Obrero |
Entre el 6 y el 8 de octubre se realizará en Misiones el Encuentro Nacional de Mujeres número 27. El desafío de las mujeres que llegaremos al mismo será el de colocar las responsabilidades del estado en el incremento de todas las formas de violencia sobre la mujer, desde la precarización laboral hasta el maltrato conyugal.

Diez años de kirchnerismo, son sinónimo de subejecución del presupuesto del Consejo Nacional de la Mujer, pérdida de jardines maternales en barrios y lugares de trabajo, trabajo precarizado sin cobertura social y salarios por debajo de la media que cobran los hombres. Las asignaciones fueron congeladas y se convirtieron en permanentes, obligando a esa mujer a depender económicamente de terceros, porque con esos ingresos no se mantiene un hogar. La inflación pauperiza en primer lugar a las mujeres. En estos diez años se reforzó el concepto de la “defensa de la vida desde la concepción”, una mascarada clerical. Este reforzamiento fue coronado con designaciones de funcionarios clericales a la cabeza de los hospitales públicos y de los servicios más sensibles sobre el tema, como quedó en evidencia en el caso del Hospital de Rosario Clemente Alvarez, en el que el equipo de Ginecología se declaró “objetor de conciencia” y en rebeldía con el fallo de la Corte Suprema que establece que hay que practicar un aborto a las mujeres violadas sin necesidad de ningún otro tipo de intervención institucional o profesional. Este funcionario a cargo de la salud de las mujeres más pobres de Rosario (es el hospital central público de emergencias) designado allí por el progresista gobierno de Rosario, es miembro de la Academia Pontificia por la Vida. La reforma del Código Civil propuesta por el gobierno consagra el principio clerical de que “la existencia de la persona humana comienza con la concepción en el cuerpo de la mujer o la implantación en ella del embrión formado mediante técnicas de reproducción humana asistida”. Sin embargo para la iglesia no alcanza, y en el afán de limitar la fertilización asistida pretende otorgar al embrión concebido extrauterinamente, el carácter de una persona física con derechos.

Violencia de género

La violencia contra la mujer constituye un principio social establecido desde el propio estado. No se trata de un conflicto entre sexos: el estado es el primero en afirmar que la mujer no tiene derecho sobre si misma. Graciela Claudia Agüero recibió un disparo en su cabeza de parte de su ex pareja y se salvó. Había hecho decenas de denuncias desoídas por la justicia de La Rioja. Esta historia se repite diariamente. El caso de Natalia Riquelme se vio en todos los canales: su cara y la de su hija fueron el objeto de una exposición pública necesaria para ayudar a evitar un asesinato. Sin embargo nadie conoce la cara del juez que luego de ver filmados los ataques físicos hacia ella, apenas dispuso la prohibición del acercamiento a menos de 200 metros por 90 días (Clarín, 21/8).

La cadena de responsabilidades termina en el hombre que ejecuta el ataque, pero empieza bien arriba. El poder ejecutivo subejecutó el presupuesto de asistencia a la mujer, no hizo ningún plan de inserción laboral para incentivar la independencia económica de las mujeres, no garantizó la igualdad salarial y mucho menos su derecho sobre si misma. El FAP realiza una campaña por el reforzamiento de penas y por un subsidio de 2.670 pesos, ingreso que de ninguna manera garantiza la independencia económica ni mucho menos. El gobierno nacional kirchnerista y el provincial del FAP, en el caso de Santa fe, responden a estos problemas con el reforzamiento del Código Penal.

El kirchnerismo ha decidido utilizar la cuestión de la mujer sólo a los efectos de constituir cortinas de humo y para ejercer una demagogia sobre una mayoría social. Sin embargo ha alimentado y desarrollado un régimen que invalida a la mujer incluso desde el propio Código Civil. Bajó el kirchnerismo la desaparición de mujeres aumentó, no logró desbaratar una sola red de trata y sin embargo pretende cargarse en su haber la votación de una Ley de Trata que establece que la mujer mayor de edad debe comprobar que no consintió con ser tratada!

Su oposición, el FAP, contará en el Encuentro, con la defensa tanto del sector de Barrios de Pie, con Victoria Donda a la cabeza, como con el propio PCR, organizador y regimentador del Encuentro Nacional. Las mujeres deberán dar testimonio frente a ellas de que el reforzamiento de penas sólo lleva a la blumberización del feminismo. Ningún aumento de penas frena la violencia. La política parlamentaria de este sector no tiene ninguna profundidad y crea un falso eje.

Desde la Comisión Organizadora a cargo en un 100% del PCR, se intentará obturar el debate para que el Encuentro Nacional sea un foro de la oposición de derecha, como ocurrió en el Encuentro de Neuquén, en el que el PCR se encolumnó detrás de la patronal sojera, hasta el extremo de llevar a peonas rurales de la mano de sus patronas a las comisiones de Mujer y Trabajo Rural. Volverán a componer una acción común con la iglesia.

El movimiento de mujeres debe reclamar la separación completa del Estado de la Iglesia. Denunciar la educación religiosa en las escuelas públicas de provincias kirchneristas como Salta. Las mujeres debemos pelear por el aborto legal, como cuestión fundamental para terminar con las muertes por aborto clandestino, pero fundamentalmente como cuestión central para reconocer el derecho de las mujeres a disponer de su propio cuerpo. Debemos denunciar al gobierno por reivindicar que no se anule el artículo del código penal que criminaliza la práctica del aborto, y a la oposición de macristas, radicales y FAP, que integran la comisión de Reforma del Código Penal, que acompañaron esta decisión de Cristina Kirchner sin siquiera chistar, mostrando que para este tipo de cuestiones se encuentran unidos por los principios de sometimiento al clero.

Las mujeres debemos denunciar la reforma del Código Civil como la consagración de parte del estado de una minusvalía legal para la mujer, ya que no sólo no se consagra el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, sino que se refuerza la política oficial clerical de la defensa de la vida desde la concepción. Realicemos una campaña para pelear por nuestros reconocimientos legales más elementales.

Las mujeres no tenemos ninguna representación institucional valedera, a la cual elegir, votar y movilizar. Por el contrario, el Consejo Nacional de la Mujer es una usina de la presidencia, sin ningún tipo de seguimiento ni rendición de cuentas. Llevemos adelante el planteo de un Consejo representativo electo por las mujeres y revocable, con propuestas públicas, debates e independencia de los poderes del Estado.

Vayamos al encuentro para denunciar a los funcionarios clericales designados por kirchneristas y opositores, que desde el aparato de salud traban la práctica legal del aborto, vayamos por una campaña nacional por el aborto legal, por la instalación de jardines maternales, centros de recreación deportiva y artística para la juventud. Por la igualdad legal de las mujeres. Vayamos por una ley nacional de fertilidad asistida que sea realmente de acceso universal, por licencias laborales para las mujeres que deban someterse a estos tratamientos, por la inserción laboral en blanco y con sueldos acordes a la canasta familiar. Vayamos al encuentro para poner en pie un plan de lucha nacional por la aparición con vida de las mujeres desaparecidas para el negocio de la esclavitud laboral y sexual. Las mujeres tenemos una enorme tarea por delante para obtener nuestras reivindicaciones. Vamos al Encuentro para organizarnos.

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