jueves, 20 de junio de 2013

Referente de la causa LGBTI en Azul se suma al Partido Obrero en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores



OBTUVIMOS ALGUNAS VICTORIAS, PERO OTRAS NOS ESPERAN. PARA ALCANZARLAS, ELIJO EL PARTIDO OBRERO EN EL FRENTE DE IZQUIERDA

Foto: Infoeme
A modo de presentación
Me considero una persona más de las tantas que luchan por alcanzar un estándar de vida mejor, en base al trabajo y al respeto por el prójimo.

Siempre me he identificado con las políticas de izquierda, es decir, de lo que hasta ahora ha sido denominada “de minoría”; pero próximo a mi arribo octogenario, con enorme felicidad compruebo que “ya no somos tan minoría”, que existe una juventud que tesoneramente va abriendo camino, haciéndose oír en sus reclamos de objetivos claros, de equilibrio e igualdad en todos los órdenes de la vida.

Del Partido Obrero me sedujo el mensaje coherente que tiene hacia las bases, el pueblo trabajador, que es allí donde deben emerger las luchas cotidianas para que se reconozcan nuestros derechos y se nos respete.
He sembrado en el transcurso del tiempo, defendiendo siempre lo que he sostenido como ideales, la igualdad con mi prójimo y el respeto mutuo.



He tropezado varias veces. Me roza la generación en que la palabra del patrón “era sagrada”; la era de que cualquier sacrificio debía hacerse para defender los derechos económicos ajenos. Y al llegar a la vejez oír “el despido amistoso del patrón” que ya no necesitaba de tus servicios, y en tono apesadumbrado te palmeaba el hombro, expresando que nunca te iba a olvidar y que eras una buena persona; claro él se quedaba rico y vos partías pobre y viejo.

Ese tiempo me roza. También el de ser empleado de una firma importante, cuya tarjeta la usabas de identificación propia. “¡Trabajo en…!” ¡y te sentías importante! a pesar que el sueldo que te pagaban no te permitía llegar a fin de mes ni darle a tus hijos las mismas oportunidades que a los hijos de los dueños de dicha empresa. ¡Cuántas veces uno habrá dicho, “no puedo hacer estudiar a mi hijo”!, sabiendo que tu trabajo sí podía ayudar a  hacer estudiar a los hijos de los dueños de dicha empresa.

¿Cuál era la diferencia? Ellos aportaban el capital y vos el trabajo.

Pero de tus mayores heredaste el mandato: “agradece que tienes trabajo”. Pero el capital nunca agradece al trabajador, siempre lo oprime.

Vengo de esa generación.

Me abrí camino aceptando injusticias porque sobre mis espaldas tenía responsabilidades importantes; y remé como pude. Lo mío es reflejado en casi todos los trabajadores. De allí que es importante la unión de los mismos y las agrupaciones que los sostienen; claro que necesitamos líderes honestos, porque no hay peor enemigo que quien represente al trabajador sea aliado del capital. Y de eso los argentinos tenemos ejemplos de sobra.

Otra de las cosas que me gratificó del Partido Obrero, fue la creación de la Agrupación LGBTI 1969, que defiende la identidad de género.

Es verdad, tenemos la ley de matrimonio igualitario, una gran conquista basada en las luchas de gays, lesbianas y transexuales durante años y que fuera aprovechada políticamente por el actual gobierno. Sin duda que es muy bienvenida dicha ley.

Pero por más que esté la ley, sabemos que eso sólo no modifica conductas. Es un logro y muy importante. Hay que defenderla continuamente.

Pertenezco a la generación que identificaba a quienes no eran heterosexuales como “invertidos”; provengo de la época en que la homosexualidad se tomaba como enfermedad.

Felizmente en el mundo se ha avanzado mucho sobre ello, se sabe que la homosexualidad no es una enfermedad, no es homosexual el que quiere si no el que puede, tampoco es un invertido; tiene una identidad diferente a la mayoría (heterosexual); pero merece el respeto y el reconocimiento de todos.

La diferencia en la identidad de género no debe molestar a nadie.

Tenemos que abrir los caminos para que quienes son considerados “diferentes” en la sociedad no sean observados como “bichos raros”, que puedan expresar libremente sus sentimientos sin que por eso la sociedad se sienta escandalizada.

Como seres humanos tenemos que comprometernos a defender diariamente los derechos de nuestro prójimo y los propios. Hacer causa común en cada injusticia que comprobemos.

Y me he referido a la defensa de la Identidad de Género porque en lo personal la he sufrido en épocas duras, felizmente ya superadas.

Tuve la experiencia de construir una familia de origen heterosexual, con el fruto de hermosísimos hijos y no me refiero a la  belleza física sino interna de cada uno de ellos.

Y también de formar una familia de pareja de lesbianas a partir de las décadas del 70, 80, 90, 2000, 2010, hasta lograr afianzar la misma a través del matrimonio igualitario, por ley y previo a un recurso de amparo, acontecimiento que como todo aquel que rompe cadenas ancestrales tiene en su haber blancos y grises pero triunfal, como arado que resquebraja la tierra para sembrar la semilla.

Hoy es tiempo de cosecha. Defendamos la Igualdad de Género. Defendamos nuestros derechos como trabajadores. Organicémonos desde las bases para obtener, sin dudas con mucho esfuerzo, bancas auténticamente socialistas.


Elva Gratás Abot
Escritora, periodista, primer matrimonio igualitario 
en la Provincia de Bs.As. y segundo en el país.
Candidata a concejal en Azul por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores


1 comentario:

Anónimo dijo...

Que orgullo este artículo de mi divina abuela! Te amo! Luz (chica).-

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