OBTUVIMOS ALGUNAS VICTORIAS, PERO OTRAS NOS ESPERAN. PARA ALCANZARLAS, ELIJO EL PARTIDO OBRERO EN EL FRENTE DE IZQUIERDA
Foto: Infoeme
Me
considero una persona más de las tantas que luchan por alcanzar un estándar de
vida mejor, en base al trabajo y al respeto por el prójimo.
Siempre
me he identificado con las políticas de izquierda, es decir, de lo que hasta
ahora ha sido denominada “de minoría”; pero próximo a mi arribo octogenario,
con enorme felicidad compruebo que “ya no somos tan minoría”, que existe una
juventud que tesoneramente va abriendo camino, haciéndose oír en sus reclamos de
objetivos claros, de equilibrio e igualdad en todos los órdenes de la vida.
Del
Partido Obrero me sedujo el mensaje coherente que tiene hacia las bases, el
pueblo trabajador, que es allí donde deben emerger las luchas cotidianas para
que se reconozcan nuestros derechos y se nos respete.
He
sembrado en el transcurso del tiempo, defendiendo siempre lo que he sostenido
como ideales, la igualdad con mi prójimo y el respeto mutuo.
He tropezado varias veces. Me roza la generación en que la palabra del patrón “era sagrada”; la era de que cualquier sacrificio debía hacerse para defender los derechos económicos ajenos. Y al llegar a la vejez oír “el despido amistoso del patrón” que ya no necesitaba de tus servicios, y en tono apesadumbrado te palmeaba el hombro, expresando que nunca te iba a olvidar y que eras una buena persona; claro él se quedaba rico y vos partías pobre y viejo.
Ese
tiempo me roza. También el de ser empleado de una firma importante, cuya
tarjeta la usabas de identificación propia. “¡Trabajo en…!” ¡y te sentías
importante! a pesar que el sueldo que te pagaban no te permitía llegar a fin de
mes ni darle a tus hijos las mismas oportunidades que a los hijos de los dueños
de dicha empresa. ¡Cuántas veces uno habrá dicho, “no puedo hacer estudiar a mi
hijo”!, sabiendo que tu trabajo sí podía ayudar a hacer estudiar a los hijos de los dueños de
dicha empresa.
¿Cuál
era la diferencia? Ellos aportaban el capital y vos el trabajo.
Pero
de tus mayores heredaste el mandato: “agradece que tienes trabajo”. Pero el
capital nunca agradece al trabajador, siempre lo oprime.
Vengo
de esa generación.
Me
abrí camino aceptando injusticias porque sobre mis espaldas tenía
responsabilidades importantes; y remé como pude. Lo mío es reflejado en casi
todos los trabajadores. De allí que es importante la unión de los mismos y las
agrupaciones que los sostienen; claro que necesitamos líderes honestos, porque
no hay peor enemigo que quien represente al trabajador sea aliado del capital.
Y de eso los argentinos tenemos ejemplos de sobra.
Otra
de las cosas que me gratificó del Partido Obrero, fue la creación de la
Agrupación LGBTI 1969, que defiende la identidad de género.
Es
verdad, tenemos la ley de matrimonio igualitario, una gran conquista basada en
las luchas de gays, lesbianas y transexuales durante años y que fuera
aprovechada políticamente por el actual gobierno. Sin duda que es muy
bienvenida dicha ley.
Pero
por más que esté la ley, sabemos que eso sólo no modifica conductas. Es un
logro y muy importante. Hay que defenderla continuamente.
Pertenezco
a la generación que identificaba a quienes no eran heterosexuales como “invertidos”;
provengo de la época en que la homosexualidad se tomaba como enfermedad.
Felizmente
en el mundo se ha avanzado mucho sobre ello, se sabe que la homosexualidad no
es una enfermedad, no es homosexual el que quiere si no el que puede, tampoco
es un invertido; tiene una identidad diferente a la mayoría (heterosexual);
pero merece el respeto y el reconocimiento de todos.
La
diferencia en la identidad de género no debe molestar a nadie.
Tenemos
que abrir los caminos para que quienes son considerados “diferentes” en la sociedad
no sean observados como “bichos raros”, que puedan expresar libremente sus sentimientos
sin que por eso la sociedad se sienta escandalizada.
Como
seres humanos tenemos que comprometernos a defender diariamente los derechos de
nuestro prójimo y los propios. Hacer causa común en cada injusticia que
comprobemos.
Y
me he referido a la defensa de la Identidad de Género porque en lo personal la
he sufrido en épocas duras, felizmente ya superadas.
Tuve
la experiencia de construir una familia de origen heterosexual, con el fruto de
hermosísimos hijos y no me refiero a la
belleza física sino interna de cada uno de ellos.
Y
también de formar una familia de pareja de lesbianas a partir de las décadas
del 70, 80, 90, 2000, 2010, hasta lograr afianzar la misma a través del
matrimonio igualitario, por ley y previo a un recurso de amparo, acontecimiento
que como todo aquel que rompe cadenas ancestrales tiene en su haber blancos y
grises pero triunfal, como arado que resquebraja la tierra para sembrar la
semilla.
Hoy
es tiempo de cosecha. Defendamos la Igualdad de Género. Defendamos nuestros derechos
como trabajadores. Organicémonos desde las bases para obtener, sin dudas con
mucho esfuerzo, bancas auténticamente socialistas.
Elva Gratás Abot
Escritora, periodista, primer matrimonio igualitario
en la Provincia de Bs.As. y segundo en el país.
Candidata a concejal en Azul por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores
Candidata a concejal en Azul por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores
1 comentario:
Que orgullo este artículo de mi divina abuela! Te amo! Luz (chica).-
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