CARPAS
EN EL MUNICIPIO
Uno
de los tres gremios con inserción en los trabajadores municipales abrió la
lucha por el salario y las condiciones laborales – El valor de la violencia en la gestión que planifica el ajuste – El reposicionamiento de los
sindicatos y el desafío para el sector más castigado de la administración
pública -
El Sindicato de obreros y Empleados Municipales
del Partido de Azul –SOEMPA- abrió la lucha por el aumento de salarios del
sector y el mejoramiento de las condiciones laborales que se han visto
afectadas con el cambio de gobierno comunal. Ya son varias las denuncias por
maltrato y violencia ejercida por funcionarios de la gestión de José Inza (FpV);
entre ellos, el secretario de Obras y Servicios Públicos, Sergio Cedeño, y
también el titular del área de Seguridad y Control Urbano, Mauro Grandicelli, quien
protagonizó los últimos incidentes, junto al concejal Rodolfo Rancéz y el
Director de Prensa, Lucio Rancéz, luego de que el SOEMPA acampara en el veredón
municipal y movilizara hasta allí camiones y máquinas viales.
Frente a la situación de conflicto, el intendente
José Inza desapareció de escena y fue el secretario de Gobierno, Héctor Bolpe,
quien a través de una conferencia de prensa dio a conocer públicamente la
posición del gobierno ante el reclamo gremial.
Para Inza, la medida de fuerza que mantiene el
gremio es “desproporcionada” a la causa que la origina y viene a perturbar un marco de negociaciones que
se caracteriza por el “buen diálogo” al que han ingresado las representaciones
gremiales.
Son tres los sindicatos con inserción entre los
trabajadores del sector: el SOEMPA que lidera Rubén Rodríguez junto a Miguel
Burgos, el Sindicato de Trabajadores Municipales, bajo la conducción de Omar
Varela. y ATE Seccional Azul, del que es secretaria general Vanina Zurita.
Omar Varela (SMTA), llevado a la justicia penal
por el ex intendente Omar Duclós –actual diputado nacional por el Frente Amplio
Progresista (FAP)-, recuperó terreno con el cambio de gobierno, mientras
Rodríguez y Burgos (SOEMPA) pasaron a la confrontación, después de doce años de
sociedad con el poder comunal, el tiempo que duró la gestión duclosista. ATE,
en tanto, no logra pararse frente a las nuevas autoridades y se mueve con cautela,
con la mirada puesta en la central michelista.
La
gestión Inza viene gozando de los favores de los sindicatos afines que arguyen
que hay que darle tiempo al gobierno recientemente asumido, como si eso
justificara la paralización entera de la administración pública municipal
El gobierno local se apoya en la idea de la
concertación para echarle un freno a la arremetida gremial del SOEMPA,
valiéndose para esto de la complicidad de los otros dos sindicatos que se han
dejado madrugar con un presupuesto municipal sin noticias para los trabajadores.
Varela y Zurita sólo la ven pasar.
Dijo Bolpe en conferencia de prensa que están en
buen diálogo con los dirigentes sindicales. La verdad es que no están en
ninguno. La gestión Inza viene gozando de los favores de los sindicatos afines que
arguyen que hay que darle tiempo al gobierno recientemente asumido, como si eso
justificara la paralización entera de la administración pública municipal .
Varela (SMTA) sólo pidió un aumento de 500 pesos para el magro salario
municipal contra la estampida inflacionaria, el impuestazo, el tarifazo y el
tazaso que volverán a destruirlo. Zurita (ATE Sec. Azul) no le pone monto ni
porcentaje. Sólo habla de defender el salario mínimo vital y móvil y se sienta
a esperar.
En ese escenario de capitulación gremial de
arranque contra los intereses de los trabajadores municipales, el acampe del
SOEMPA le puso realismo a la ficción y sacó a la superficie, para exposición libre
y gratuita a todo público, el carácter patoteril y autoritario de la gestión
municipal que ya venían conociendo los empleados no adictos al régimen k.
La acusación contra los dirigentes del SOEMPA por
su histórica alianza con Duclós (hoy, devenido binnerista) es idéntica a la que
puede dirigirse en este momento contra Varela. Los intereses políticos
partidarios que movilizan a las burocracias sindicales no deben desmovilizar,
sin embargo, a quienes deben defender su salario.
Sin duda, Rubén Rodríguez y Miguel Burgos (SOEMPA)
han sido cómplices de la política salarial duclosista, a la que se le debe el
mérito de haber llegado a estas alturas con una escala absolutamente deprimida.
Del mismo modo que ya se puede sindicar a Varela (STMA) de venir a remplazarlos
en ese rol, para acompañar en su caso la gestión de Inza (FpV), por estas horas
con el cuento de que hay que darle tiempo al intendente, como si se lo hubiera
tomado para organizar el aumento de las tasas municipales.
En medio de las disputas de los partidos políticos
burgueses para hacerse, mantenerse y quitarse del Estado y del juego que
organizan a esos fines con sus respectivas burocracias sindicales, se pone a
prueba la capacidad de los trabajadores de discernir el lugar en el que deben
pararse para ejercer la defensa de sus propios intereses. Cualquier factor extraño
que se interponga entre el trabajador y la lucha por el salario lo hará para desarticular
la organización del reclamo que en distintos momentos puede presentarse a través
de distintos frentes gremiales. La cuestión no es quién convoca, sino porqué.
Pero la cuestión es también cómo los trabajadores
aprenden a desarrollar desde esas bases las fuerzas que les permita recuperar
las estructuras gremiales para el desarrollo de un sindicalismo independiente.
Ninguno de los partidos que se alternan en el poder del estado capitalista se diferencia
a la hora de ejercerlo, pues ha quedado demostrado que invariablemente uno y
otro ejecutan políticas destinadas a satisfacer la exigencias de los sectores
dominantes. Aún a fuerza de garrote.
Las
patotas fueron compensadas por la tarea de persecución y violencia cumplida con
anterioridad a la victoria y ahora devienen organizadas y financiadas por el
Estado. Inza es el máximo responsable de esa ingeniería política
Inza integró en su gabinete a todos los sectores
internos que se venían disputando los espacios desde el lanzamiento de la
campaña electoral y lo hizo indiscriminadamente, para satisfacer las exigencias
de cada uno de ellos. El Estado tomado por asalto. Cuadruplicó el plantel
político, creó cargos para todos e introdujo la ley del garrote. Las patotas
fueron compensadas por la tarea de persecución y violencia cumplida con
anterioridad a la victoria y ahora devienen organizadas y financiadas por el
Estado. Inza es el máximo responsable de esa ingeniería política que consiste
en comprar cuando no hay nada de qué convencer. Método kirchnerista en estado
de pureza.
El nombre del “Lelo” Carrizo es esgrimido por
funcionarios municipales y militantes k como ultimátum a los que los desafían. Hasta
en los portales informativos dejan comentarios del tenor, escudados claro bajo
el anonimato. La cobardía también es un rasgo de personalidad política.
El “Lelo” Carrizo fue quien en la última jornada
de campaña electoral noqueó al militante del PO para ordenar inmediatamente a
continuación que le dieran el golpe final. “Dale, que este gordito está fácil”.
Y, por supuesto, lo hicieron. Le abrieron la cabeza. Este mismo señor fue
designado por el intendente Inza Coordinador de Servicios de Calles, en la
órbita de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos, donde fue ubicado Sergio
Cedeño, hoy denunciado por violencia laboral.
La causa judicial en la que se investiga el ataque
perpetrado contra militantes del Partido Obrero marcha a paso lento, a pesar de
los elementos de prueba ya colectados y los que aún restan reunir y no se
procuran. Ni la policía ni la Fiscalía en la que ha quedado radicada la causa
han demostrado interés en esta investigación que roza intereses políticos del
gobierno de turno. El por entonces Inzamóvil y el vehículo del actual
presidente del Concejo Deliberante, Alejandro Lozano, fueron identificados como
los que utilizaban los agresores esa noche.
La funcionaria judicial que interviene en esa
investigación, en tanto, la Fiscal
Silvia Etcheverry, fue la que durante la intendencia del menemista Juan Atilio
Barberena, de cuyo riñón es el actual secretario de Gobierno, archivó una de
las más importantes investigaciones contra el dirigente del Sindicato de
Trabajadores Municipales, Omar Varela. Viejos favores entre viejos protagonistas
que hoy regresan al escenario mayor.
El
gobierno de Inza ya definió con precisión sobre qué pilares erige su poder,
hacia dónde lo direcciona y cuáles son sus compromisos.
El gobierno de Inza ya definió con precisión sobre
qué pilares erige su poder, hacia dónde lo direcciona y cuáles son sus compromisos.
El mayor acto político que realizó hasta el momento fue la elaboración del
presupuesto de gastos y cálculo de recursos para el 2012. En ese compendio de
números que por alguna razón no ha sido publicado en la web para quienes deseen
informarse y discutirlo se encuentra el secreto de los deberes que le han sido
impuestos desde arriba. El mismo Bolpe en la conferencia de prensa admitió
aunque dubitativo que la Provincia tampoco incluyó en la ley de presupuesto –aprobada
por la legislatura- suma alguna destinada a aumentos salariales para los
empleados de la administración pública. A nivel nacional, incluso, se están
produciendo despidos, como consecuencia de la aplicación del Decreto de
Necesidad y Urgencia que firmó Cristina y convalidó el Congreso, donde los k
tienen mayoría.
La ley del garrote tiene su razón de ser, después
de todo. La desesperación por impedir que se caiga el velo con el que se ha
tejido un discurso simulado es directamente
proporcional a la violencia preparada
para garantizar una salida capitalista a la crisis del capital que, como en el
mundo, sólo puede ser desafiada desde una concepción revolucionaria y de clase.