lunes, 2 de diciembre de 2013

Azul: el intendente tiene que irse

El Concejo Deliberante mostró su impotencia y complicidad

En Azul se expresa en forma aguda la desintegración del FpV y del régimen político de conjunto. El intendente Inza (FpV) acaba de sortear, mediante una chicana judicial, la suspensión del cargo, paso previo a la destitución. Hace unos meses se formó una Comisión Investigadora del Concejo, que dictaminó que el intendente está involucrado en nueve irregularidades graves. Entre ellas se encuentra la contratación de la empresa Korvial, encargada de las obras de extensión de la red cloacal, en las que murieron dos obreros que trabajaban en condiciones de completa inseguridad, además de estar contratados en negro. Otras denuncias se refieren al intento de Inza de privatizar el cobro de las tasas municipales y el pago de sobresueldos a funcionarios.
Inza ganó las elecciones en 2011, luego de varios mandatos de Duclos (ex UCR, CC, hoy GEN). Desde el comienzo, el armado de Inza estuvo dominado por disputas internas que terminaron con el intendente en minoría en el Concejo, y con una primera interpelación, el año pasado, acusado por la oposición y una parte de su propia bancada.
Una vez elaborado el dictamen de la Comisión Investigadora, el Concejo convocó una reunión especial para darle lectura y eventualmente suspender a Inza, como paso previo a la destitución. Pero el intendente consiguió un sorpresivo apoyo de parte del juez Pablo Quaranta, que dictó una cautelar ordenando suspender el proceso. Quaranta tendría aspiraciones de ser promocionado a juez federal. El CD, a pesar de considerar manifiestamente irregular la decisión del juez, se fue al mazo y resolvió acatarla. De los 18 concejales, 14 se quedaron en el recinto, pero sólo dieron lectura al dictamen de la comisión y votaron elevar un recurso a la Corte provincial para que declare la nulidad de la cautelar de Quaranta. Los concejales muy bien podrían haber desconocido el fallo -al que consideran motivo de juicio político al juez-, seguido con la sesión y suspendido a Inza. La actitud de los concejales del FpV, incluido el presidente del cuerpo y el del bloque, vinculados con Gloria Bidegain, el GEN-FAP, la UCR y el PRO, roza la complicidad. Los trascendidos dicen que Duclós, el jefe local del GEN, se pronunció contra la destitución de Inza.
Se ha creado una crisis de poder que puede paralizar el municipio. El intendente, probablemente sostenido por un sector de la Rosada, apuesta a recuperar el control con el recambio del Deliberante a partir de diciembre. Inza se envalentona por la impotencia de los concejales de la oposición y los del FpV que resolvieron enfrentarlo. Ni unos ni otros habrían conseguido el aval de sus partidos para ir a fondo en la embestida.
El pueblo azuleño asiste indignado a este escenario de impunidad de una gestión repudiada mayoritariamente.
Inza tiene que irse. Los graves hechos probados, especialmente el que terminó con la muerte de dos obreros son causa suficiente para destituirlo y llevarlo a juicio. El veredicto de las urnas fue, además, contundente. Que se vaya Inza; juicio y castigo a todos los involucrados en las muertes obreras y demás irregularidades.

Guillermo Casas 

(*) Esta columna recoge la posición debatida y votada en el último Plenario del Partido Obrero de Azul.-

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