Azul: un caso de corrupción desconocido
Martín Gastañaga -periodista azuleño- en plazademayo.com
Los casos de corrupción en la administración pública suelen robarse titulares y tapas con cierta facilidad. Sin embargo, el que nos ocupa tiene el privilegio de transcurrir completamente ajeno a la mirada de los medios.
Nadie ha dicho o escrito en Azul que el Intendente José Inza es, por estos días, juzgado en los tribunales de la ciudad, a exactas seis cuadras de su despacho, “por la presunta comisión del delito tipificado en el art.248 del Código Penal, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público y eventualmente las configuradas por los arts. 172 y 174 Inc. 5º y 256, 256 bis y 258 del Código Penal, estafa a la administración pública y cohecho y trafico de influencias” según dice textualmente la demanda.
El 31 de agosto de 2012, el secretario de Economía y Finanzas de la Municipalidad de Azul, Néstor Requelme, inicia el expediente licitatorio 2171/12, cuya finalidad era tercerizar el cobro de deudas por tasas municipales que van desde derechos de antena, de publicidad y propaganda, hasta las tasas por recolección de basura, mantenimiento de vía pública, vehículos, higiene y seguridad. Supuestamente, esto se inscribía en un “plan de mejoramiento en el sistema de ingresos por tributos municipales”. La gestión recorría sus primeros meses luego de tres mandatos consecutivos de Omar Duclós, intendente del FAP, y de traumáticas derrotas para un peronismo que triunfaba en todos lados menos acá. Requelme, por su parte, era un joven desconocido para la ciudad, impuesto al intendente desde “arriba”, por ser miembro de la “graN maKro” (ellos escriben así el nombre, poniendo en mayúsculas solo las iniciales de Néstor Kirchner), organización de pensamiento económico ligada al núcleo duro kirchnerista.