PO 1201 3/11/2011 Editorial
Tuvieron que fugarse del país 7.000 millones de dólares en menos de noventa días para que el gobierno admitiera la existencia de un “golpe especulativo” y dispusiera de medidas intervencionistas en el mercado de cambios. Mucho antes de que eso ocurriera, el Frente de Izquierda denunció esta sangría en el curso de la campaña electoral y planteó la apertura de los libros de las grandes corporaciones y bancos, así como el control obrero de sus operaciones. El intervencionismo oficial sólo apunta a arrancarle una tregua a los especuladores para preparar la devaluación. En los hechos, ha establecido un ‘corralito’ para los pequeños ahorristas.