Escribe: Oscar Rae (UJS-PO; Chillar, Azul)
La cooptación por parte del estado resultó ser mucho más jodida de lo que parecía y el reclamo de independencia política un principio inquebrantable para cualquier organización social.
Nuestra estrella se agotó
En los últimos años, Hebe de Bonafini viene esmerándose -cada día con mejores resultados- en pasar de ser aquel paradigma de militante por los derechos humanos que reivindicaba el socialismo y la lucha de los detenidos-desaparecidos para cambiar el sistema capitalista; a ser un paradigma de la cooptación estatal. Un triste ejemplo de que hasta los más rebeldes también se pueden vender.
A una persona que supo criticar a la izquierda por presentarse a elecciones, diciendo que había que ir directamente a los fierros, es raro escucharla hoy decir que está podridita de los piquetes y descalificar una lucha como la de los judiciales, con el argumento, tan burgués y patronal, como el de que están ganando bien como para andar reclamando. Es decir, su alianza con el gobierno no significa que el reclamo de las madres sea parte de las políticas de estado, sino todo lo contrario: los planteos de un estado que administra los intereses empresariales a costa del pueblo pobre terminó influenciando y limitando la lucha que Hebe alguna vez supo defender con tanta firmeza.
El pañuelo no se mancha
Es necesario ver que el grupo cooptado por el gobierno no representa a todas las madres de Plaza de Mayo. Hay otras, las que en Neuquén luchan junto a los obreros de Zanón, las que en Capitán Bermúdez celebraron la banca en el concejo deliberante del Frente de izquierda, las que luchan contra la ley antiterrorista y el proyecto X conscientes de que en esas políticas late el estado que desapareció a sus hijos. Es decir, las que no bajaron las banderas y saben que su lucha está hermanada con los que están reclamando en las calles; no con los que están ganando grandes sueldos en sus cargos.
De vieja loca a ciudadana ilustre
Según información que trascendió en el portal digital La Ventana, Hebe será declarada ciudadana ilustre de Azul; toda una prueba (¡otra más!) de su triste atadura al gobierno y a la capitalista seria Cristina Fernández. La propuesta salió de la presidenta de la comisión de DD.HH e integrante de las Cristinas, una agrupación fundada por la propia Hebe.
Mientras desde el “cristinismo” azuleño homenajean a quien se convirtió en una empresaria de la construcción que ataca a los obreros que reclaman mejores condiciones en las obras que ella administra, otros estamos luchando codo a codo con los papeleros que luchan por sus fuentes de trabajo, los verdaderos ciudadanos ilustres de Azul.
