miércoles, 27 de febrero de 2013

Mariano Ferreyra. El PO expresa su rechazo al alegato de la fiscalía


Partido Obrero | 27 febrero, 2013 |
El Partido Obrero expresa su rechazo al alegato de la Fiscalía realizado durante la jornada de ayer. El pedido de perpetua para Pedraza, Fernández, Díaz, Favale y Sánchez no puede disimular que la presentación hecha por los representantes del Ministerio Público debilita fuertemente la acusación de que el asesinato de Mariano Ferreyra y las heridas contra los otros compañeros fue el resultado de un plan criminal elaborado con el propósito de aleccionar a los trabajadores tercerizados, que ponían en riesgo tanto fuertes negocios como el dominio político de la burocracia sobre la Unión Ferroviaria. El pedido de absolución para Juan Carlos Perez y Guillermo Uño contradice la tesis del plan criminal y abona el camino para reflotar la tesis que adjudica a la Policía un muy retaceado “abandono de persona”.

Juan Carlos Pérez y Guillermo Uño quedaron en libertad en ese mismo acto, a pesar de que ambos habían sido señalados por un testigo imposible de ser caratulado como parcial (José Sotelo) como quienes retiraron las armas del lugar del hecho, luego de la agresión que culminó con el homicidio de Mariano y las heridas sufridas por Elsa Rodríguez y otros compañeros. Por otra parte, Pérez fue denunciado por los periodistas de C5N que lo señalaron en el juicio como uno de los matones que los redujeron para que evitar que registraran con su cámara el momento de la agresión. Sin embargo, la fiscalía consideró “insuficiente” el testimonio de Sotelo y denunció que las amenazas a los periodistas de C5N no habían sido parte de la requisitoria de elevación a juicio contra Pérez.

El intento de desarmar la acusación del plan criminal llevó a la Fiscalía a desglosar la acusación a los 7 policías de la Federal para la jornada del viernes. La carátula de “abandono de persona” que se usaría para tal fin permitirá presentar a quienes fueron partícipes necesarios del crimen de nuestro compañero como responsables de un accionar negligente.

La fiscalía subestimó las motivaciones e intereses que llevaron a la patota de Pedraza y a la Federal a organizar un plan criminal contra los tercerizados. La denuncia de la tercerización del trabajo, de las cooperativas truchas –como la de Unión del Mercosur de propiedad del propio Pedraza-, de la vinculación de la Unión Ferroviaria con las empresas concesionarias del ferrocarril Roca (UGOFE), el papel de dirección de estos negociados de la propia Secretaría de Transporte, la complicidad del Ministro de Trabajo, en síntesis, pasó por alto, a pesar de las pruebas acumuladas, de todo aquello que involucraba al poder político y a los empresarios que al día de hoy siguen manejando el sistema ferroviario. A diferencia de lo realizado por nuestra querella, el pedido de investigación a los funcionarios estuvo por completo ausente. De más está decir que de este modo se debilita la acusación contra el propio Pedraza, aunque la solicitud de condena haya sido la perpetua.

Durante el transcurso del propio juicio la Procuradora General Gils Carbó decidió “robustecer” la fiscalía haciendo ingresar a dos nuevos fiscales. A juzgar por los resultados está clara la intención que el gobierno persiguió con esas incorporaciones.

El Partido Obrero reclama el castigo a TODOS los responsables por el crimen de Mariano Ferreyra, y rechaza todas las especulaciones y maniobras que buscan la impunidad para parte de los responsables.

Para comunicarse:
Jorge Altamira. 15 44 23 78 73
Néstor Pitrola: 15 53 24 23 56
Marcelo Ramal 15 56 90 19 43
Gabriel Solano 15 5 690 1514
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Contacto Prensa: – Mariela 1131651297 – Maura 1140555424 – Cecilia 1140553294 – Olga 1569323567 – Teté 1164670066- 

Amia: todos son encubridores


Jorge Altamira |
Lo peor que le podría ocurrir a la ciudadanía es suponer que el ‘punto final’ a la masacre de la Amia derivaría en forma exclusiva del acuerdo con Irán que se encuentra a votación en el Congreso.

El ‘punto final’ está instalado en la causa que animan Canicoba Corral y Nisman, manejada desde Estados Unidos. El expediente, que excluye a la ‘conexión local’ y a varios cómplices y protagonistas internacionales, es un monumento al encubrimiento. Opera en función de la política norteamericana frente a Irán.

En la misma línea equivocada se encuentra la conclusión de que el acuerdo procura enmascarar la responsabilidad, digamos, de Irán. Hay mucho más que esto. El atentado a la embajada de Israel primero, y a la Amia dos años más tarde, es el emergente de un sistema que entrelaza en la ilegalidad, la corrupción, la conspiración y el terrorismo a una totalidad de protagonistas: Estados Unidos; el conjunto del aparato y de los servicios del Estado argentino; Israel, Irán y Siria; los gobiernos ar- gentinos desde Alfonsín hasta los K; la dirigencia de la Daia, la entidad de la comunidad judía en Argentina; los servicios de espionaje como la CIA, el Mossad y los iraníes y argentinos; las redes de narcotráfico ligadas a esos servicios, en especial la DEA. Todos estos protagonistas colaboraron y se enfrentaron entre sí en, por lo menos, las cuatro últimas décadas. Los atentados son el emergente de pactos mafiosos incumplidos o intereses afectados; nadie los quiere esclarecer, porque cualquier indicio veraz descubriría toda la trama. La orientación que siguen los jueces cambiantes de la causa está condicionada por la necesidad del encubrimiento y por el interés del momento. La oposición parlamentaria que critica el acuerdo con Irán con el argumento de que violentaría la jurisdicción argentina, o de que tiene como contraparte a un Estado que niega el holocausto, juega sencillamente su parte en la operación de encubrimiento, porque no hay nada en el expediente judicial que se defiende que ponga de manifiesto al conjunto de la trama mafiosa-estatal que desembocó en los atentados. Una caracterización correcta de lo ocurrido refuta la tesis de numerosas organizaciones de izquierda, que afirma que los atentados fue- ron una acción ‘defensiva’ o una ‘represalia’ contra el sionismo de parte de “combatientes árabes”. Lejos de esto, fue una respuesta al incumplimiento o ruptura de pactos que juntaron a unos y otros en numerosas ocasiones. Nuestra posición, la del Partido Obrero, es otra: que se abran los archivos de todos los Estados.

¿Hay alguna conexión entre la masacre de Río Tercero y la de la Amia? Claro que la hay, y de paso digamos que el tercer atentado es el que ya ocurrió en la calle Pasteur. Es que lo de Río Tercero fue una tentativa de borrar huellas del tráfico de armas a Ecuador y Bosnia, o sea a la guerra en los Balcanes, a través de Croacia. En este tráfico promovido por Menem y Fabricaciones Militares, intervinieron países musulmanes, como Turquía e Irán, y también Estados Unidos e Israel, interesados en la desintegración de Yugoslavia. A pesar de toda su propaganda de negacionismo anti-judío, Israel apoyó a Irán contra Irak durante casi una década, con toda clase de armamento, y el mismísimo Reagan lo hizo a través del acuerdo secreto Irán-contras. Compañías de aviación vinculadas con las fuerzas armadas de Argentina (Transportes Rioplatense), trasladaron armas a las guardias revolucionarias de Irán. La conexión militar entre varios de estos protagonistas viene de mucho más lejos, cuando los grupos de tareas de la dictadura y militares israelíes participaron en las acciones de contrainsurgencia en América Central, bajo el patrocinio norteamericano. Esto los vinculó, asimismo, con el narcotráfico colombiano, en especial el cartel de Medellín de Pablo Escobar. La familia de este acabó recalando en Argentina con pasaporte colombiano, o sea con el visto bueno de Estados Unidos. Paramilitares de Israel entrenaron a las bandas narcotraficantes, y algunos de ellos fueron llevados a los tribunales por estas actividades. Los grupos de tareas nacionales que se afanaron en estas labores se convirtieron en la mano de obra desocupada, que formaría la ‘conexión local’, en los subsiguientes años de la democracia. Un dirigente de la Daia aparece como comprador de propiedades de Escobar.

Existe una causa abierta por la destrucción de pruebas del atentado a Amia, que involucra, además de Menem, a dirigentes de la Amia, como Rubén Beraja, vaciador serial de entidades financieras con la complicidad del menemismo. La Daia no reclama hoy, sin embargo, que el acuerdo con Irán contemple el esclarecimiento de su dirigencia en la destrucción de pruebas. La conducción de la institución es una continuidad política de la gestión de Beraja ¿Teme que los iraníes saquen a relucir esa complicidad con el menemismo ante la “comisión de la verdad” en Teherán? Menem financió su primera campaña electoral con dinero de Siria, a la que prometió el oro y el moro en materia nuclear y en la tecnología del cohete Cóndor II. Parecía que iba a cumplir con su gabinete Bunge Born-Galimberti, pero cambió con su giro a la banca norteamericana. Fue entonces que Argentina pasó a ser “aliado extra Otan”, y el canciller de Menem a regalar Malvinas a los ingleses. Israel nunca aludió a una “pista siria”, quizá porque en la época del atentado estaba negociando con optimismo un acuerdo con ese país por las colinas del Golán. Por ese tiempo, los K miraban hacia el punto cardinal opuesto al de Malvinas, y peleaban los hielos continentales a los chilenos. Si alguien le pasó la factura al Estado argentino con la ejecución del atentado, debe ir a la cárcel, pero acompañado de la revelación de todos estos trasiegos secretos con los diversos Estados que participaron.

Néstor Kirchner prometió abrir los archivos de la Side pero no lo hizo, y con justificados temores. La mano de obra desocupada y los servicios de seguridad entrelazados con los ex grupos de tareas, están indicados como los autores materiales de la masacre. El ‘punto final’ que se propone consumar con la ‘comisión de la verdad’ se parece mucho a las treguas y paces que concertan las mafias cuando sus enfrentamientos se pasaron de raya o han perdido actualidad. Por de pronto sigue el libreto norteamericano de apuntar hacia Irán, contra quien está aplicando sanciones económicas brutales para que renuncie a un desarrollo de energía nuclear -sin importarle que Israel tiene un arsenal atómico absolutamente sideral. Son muchos, sin embargo, los que se oponen a este tipo de desenlace, aunque no figura entre ellos Obama. También Irán tiene un Congreso, incluso más vivaz que el criollo. Cuando el debate tenga lugar en ese recinto, saldrá a la luz una fuerte rivalidad interna. Por eso Ahmadineyad se esmera en dar seguridades a sus acólitos, que tendrá dificultades en cumplir.

En definitiva, en el caso Amia, como en todos los casos fundamentales en el país, oficialismo y oposición son las dos caras de una misma política podrida. Vamos con la izquierda.-

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