viernes, 6 de enero de 2012

El conflicto de la YPF de Olavarría se resolvió con el despido de Nicolás Pintos





LA BUROCRACIA GREMIAL Y EL GOBIERNO KIRCHNERISTA HICIERON LOS DEBERES PARA LA MULTINACIONAL REPSOL 



Política de sintonía fina en Olavarría  



Bajo la amenaza de un despido generalizado contra los 17 trabajadores en paro, la burocracia gremial, el gobierno kirchnerista y la multinacional Repsol asestaron un duro golpe a la lucha de los trabajadores de la estación de servicio YPF ubicada en Pellegrini y Del Valle de la ciudad de Olavarría. 
.
Después de mantener tomada la playa de estacionamiento de esa planta de expendio de combustible a la que paralizaron durante más de un mes, la intervención del Sindicato Obreros de Estaciones de Servicio,GNC, Garages, Playas de Estacionamiento y Lavaderos de Autos –Soesgype- llegó con la versión del eventual despido de los 17 trabajadores que sostenían la medida de fuerza y el eventual cierre de la planta, lo que derivó en la decisión de levantar la toma y la huelga, con el despido definitivo de Nicolás Pintos, cuya reincorporación reclamaban los empleados de la empresa.
.
Precisamente, el conflicto se inició con el despido de Nicolás Pintos, a través de una directiva que emanó desde las máximas autoridades de la empresa con asiento administrativo en la ciudad de Buenos aires, al día siguiente de ser elegido por sus compañeros para representarlos gremialmente.
.
La decisión de erigirlo delegado gremial chocó espontáneamente con la tradición de la burocracia del Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburíferos –SUPeH- de imponer su gente y disciplinar las representaciones sindicales, en función de las políticas y los intereses del propio sindicato.
.
El gremio le negó identidad sindical a Pintos y también la defensa de su puesto de trabajo, abandonándolo a su suerte y contrariando la naturaleza misma de toda organización sindical.
.
La única defensa de Pintos fue a partir de entonces la férrea lucha entablada por sus compañeros, que durante más de un mes permanecieron en el lugar, hasta donde se movilizaron distintas fuerzas políticas, sociales, estudiantiles y gremiales para expresar su apoyo e involucrarse en el reclamo. Capítulo aparte habrá que dedicarle al intendente municipal, José Eseverri, que se abstuvo de intervenir en este proceso y a cambio recibió de manos de Facundo Moyano -Juventud Sindical- un obsequio de fin de año. Y otro especial merecerá seguramente el Concejo Deliberante, que fue incapaz de superar la tibieza del compromiso expuesto en una también tibia prosa impresa en los diarios locales.
.
La intervención  del SUPeH, que llegó a convocar a un paro en todas las estaciones de servicio YPF de la Provincia para forzar la resolución del conflicto en la dirección política que se había propuesto, que era la del despido de Pintos, se produjo en sintonía con la empresa Repsol-YPF y el propio gobierno nacional, con las que realizó el pacto de destrucción del frente de lucha, al que vencieron con distintas formas de violencia y mediante coacción.
.
Para provocar el despido definitivo de Nicolás Pintos y desarticular a los trabajadores, el SUPeH contó con la colaboración del gobierno nacional a través del propio Julio De Vido, según lo reveló públicamente el mismo titular del Sindicato, Antonio Cassia. Él mismo explicó a la prensa que De Vido le prometió desalojar la planta y a cambio le pidió que levantara el paro en las estaciones de servicio de la Provincia. Favores cumplidos.
 .
Lo que no podía sincerar Cassia era que De Vido había pactado, además, sobre  la cabeza del delegado de los trabajadores olavarrienses. Nicolás Pintos tampoco le convenía al gobierno ni a Repsol-YPF.
.
Una demostración más de la forma brutal bajo la cual burocracia sindical, capital y Estado se asocian contra los intereses de los trabajadores. Los aparatos sindicales se encuentran enajenados en manos de estamentos burocráticos  al servicio de la defensa de los intereses empresarios. Y lo hacen a cambio de que les liberen los negocios particulares y enriquezcan sus propios patrimonios personales. El capital se asegura así la sumisión que necesita para seguir realizando sus millonarias extracciones. Sólo a cambio de chirolas. Todos tienen lo suyo en  ese concierto fabuloso de fluctuación de favores.
.
Sin embargo, la conciencia de la clase trabajadora es un camino abierto que se ensancha a lo largo de estas luchas. Cada vez que la experiencia obrera debe pasar la prueba de estas confrontaciones, personeros como los que debieron sufrir en Olavarría quedan expuestos a los ojos del pueblo. Cuanto más desnudos pueda vérselos, más fuerte será, y más urgente, el salto cuantitativo que los coloque en el lugar que la conciencia obrera les tiene reservado.
.
Por la recuperación de los sindicatos, contra la burocracia sindical.
La lucha continúa.
Nicolás Pintos no se negocia.

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...