viernes, 13 de julio de 2012

La necesidad de un cambio en el rumbo de las instituciones educativas

Para comenzar, queremos enmarcar a las instituciones escolares dentro de un espacio de cruce de culturas, un contexto donde se relacionan dialécticamente la cultura humana y la cultura nacional.

El instituto y su cultura tienen una relación peculiar con la cultura comunitaria, al interactuar no sólo con la cultura de la comunidad con la que comparten el espacio geográfico, sino además con la cultura de las diversas comunidades de las que proceden sus estudiantes, profesores y otros trabajadores con las que comparten el espacio social concebido en este caso como espacio socio cultural. La función cultural del las instituciones educativas en la comunidad la definen como el principal centro cultural de la misma.

Nosotros consideramos que las mismas deben ser expuestas a un constante análisis, deben dar un cambio a su rumbo, porque no se trata de educar para que el individuo se gane la vida o sobreviva como una persona de carácter “auxiliar”, sino que se trata de que se conozca, se construya y transforme su sociedad, como un sujeto histórico activo, ciudadano miembro de una sociedad política y no como un testigo limitado, sumiso y consumidor.

De esta forma es claro que no se conseguirá un sistema escolar democrático sin haber logrado antes un marco adecuado para la generación del mismo (no debemos olvidar que es necesaria la existencia de un sistema democrático legitimo en la sociedad para que exista una auténtica democracia en los establecimientos escolares ).

Otro aspecto no menos importante, se refiere al hecho de ser ciudadano(a), que implica una acción pública y una práctica comunicativa, un aprendizaje del valor del otro, de su diversidad y del respeto de sus derechos.

El primer paso y la base fundamental para su inserción en la cotidianidad educativa consiste en “la participación plena, responsable y consciente de los alumnos en los procesos, en la institución y en el desarrollo de los programas, esto constituye la esencia misma del saber pedagógico”. La democracia y la pedagogía ciudadana no deben ser una actividad discursiva sino pragmática dentro de la cotidianidad de la institución, a la democracia hay que vivirla y hacerla vivir, requiere un alto grado de libertad, que con la respectiva apropiación e interiorización dará como fruto una libertad de acción comprometida; una libertad activa, responsable, participativa y con un compromiso de justicia y cambio. 

Emilio Pradas 
Agrupacion estudiantil Todo un Palo
Azul, Julio 2012.-

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