Estado, policía, tercerizadas

Río Negro: Una combinación peligrosa para hacer pasar el ajuste

Mali Quintillan en Prensa Obrera | 26 julio, 2012 | 

El trabajador golondrina Daniel Solano (27 años) desapareció en la localidad de Choele Choel en noviembre de 2011. Provenía de la comunidad Cherenta de Salta; había llegado a la región traído por la empresa Agrocosecha Argentina SRL para trabajar en la multinacional Expofrut SA, empresa que detenta el monopolio de la actividad frutícola en la provincia y que cuenta con la concesión del puerto de San Antonio por más de 50 años.

Desde el momento de su desaparición se supo que la Policía y el Poder judicial de la provincia estaban involucrados en el hecho.La movilización permanente de familiares y de amigos de Daniel -en Choele Choel y en Salta- permitió ir desentrañando las implicancias que sobre esto tienen los Estados ríonegrino y salteño, en lo referido a condiciones de vida y laboral de los trabajadores golondrinas en la región y a la forma en que abandonan su provincia, donde llegan micros a buscar una enorme cantidad de gente sin que se ejerza sobre ellas ningún control.

“El joven salteño iba a participar de una huelga el día lunes, justo después del fin de semana en que desapareció sin dejar rastro. La hipótesis señala que Solano fue capurado por un grupo de policías vinculados a la empresa en la que este trabajaba para darle un escarmiento. ‘Se les habría pasado la mano’, aseguraron. La protesta era para reclamar por las condiciones laborales a las que él y sus compañeros estaban siendo sometidos en una empresa frutícola.” (Rio Negro).

Tuvieron que pasar ocho meses y una numerosa cantidad de pruebas y de manifestaciones para que sea cambiada la carátula de la causa de “desaparición de persona” a “homicidio”.

Hay 22 policías detenidos por comprobada participación en el caso, pero nada dice la Justicia sobre las responsabilidades de la empresa; sobre las intervenciones de la Policía en las gamelas, para amedrentar trabajadores, o sobre el Estado provincial, que ignora las condiciones de vida y de trabajo de los peones rurales tercerizados por las multinacionales.

Los sindicatos que debieran enarbolar la defensa de Daniel Solano no han acusado recibo.
La lucha por el esclarecimiento del caso Solano debe enmarcarse en la lucha contra la precarización laboral y social y en la necesidad de recuperar los sindicatos para ponerlo en manos de los trabajadores.
¡Justicia para Daniel Solano; cárcel a todos los responsables!