FÁBRICA TOMADA
El viernes por la tarde se reunieron en asamblea agrupaciones políticas,
gremiales y sociales en la planta de Papelera Azuleña, actualmente tomada por
sus trabajadores, quienes no cobran desde hace cuatro meses. Por la mañana, tuvo lugar la audiencia de conciliación obligatoria a la que convocó la Subsecretaría de Trabajo y que pasó a un cuarto intermedio hasta el martes próximo, luego de que el apoderado de la empresa anunciara concretar una propuesta para entonces.
Referentes del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Azul, Asociación de Trabajadores del Estado –ATE- CTA, SUTEBA, Juventud Sindical, familiares, vecinos y los concejales del Frente para la Victoria Rodolfo Rancéz y Martín Laborda, deliberaron en la Papelera sobre el apoyo a la lucha de los trabajadores y la necesidad de reclamar al Estado una urgente intervención en el conflicto, comprometiéndose los ediles a interceder ante el intendente para que responda al pedido de audiencia.
Las organizaciones discutieron estrategias de apoyo a los papeleros en su reclamo por la reactivación de la planta para volver a trabajar y cobrar los salarios que los empresarios Abel Amaya y Jorge Scavuzzo les adeuda desde hace tiempo, mientras los trabajadores evaluaron alternativas para la puesta en marcha de la fábrica, bajo control obrero.
El martes próximo se realizará la segunda audiencia en el marco de la conciliación obligatoria impuesta por la Subsecretaría de Trabajo, donde se espera que un nuevo inversor concrete una propuesta de pago y la reactivación de la planta, según anunció el apoderado legal de la empresa, el abogado Germán Vena. Para este lunes, los trabajadores tienen organizado ir al Concejo Deliberante, con el acompañamiento de las organizaciones nucleadas en su apoyo, las que por otra parte convinieron implementar un fondo de huelga y toma y abocarse a la organización de distintas actividades de las que pueda participar la población azuleña.
La Papelera se encuentra paralizada por decisión de sus dueños desde hace cuatro meses. Un recorrido por sus instalaciones da cuenta de la desinversión y el estado de abandono al que la han sometido los empresarios. Pero también denuncia las condiciones laborales bajo las cuales han sido obligados a trabajar los papeleros.
El trabajador de mayor antiguedad, Don Rípoli, quien comenzó a trabajar en ese edificio cuando funcionaba allí un molino y acompaña a la papelera desde sus orígenes, explica paso a paso el proceso a través del cual se fue estafando a los trabajadores hasta dejarlos, incluso, sin posibilidad de trabajar.
Distintos inversores fueron realizando sus negocios en el lugar, para llevárselo todo, al igual que sus dueños, quienes hoy no dan la cara.
Se les quedaron literalmente con todo.
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