sábado, 21 de enero de 2012

En Azul el SOEMPA pone en jaque al gobierno de Inza




CARPAS EN EL MUNICIPIO



Uno de los tres gremios con inserción en los trabajadores municipales abrió la lucha por el salario y las condiciones laborales – El valor de la violencia en la gestión que planifica el ajuste – El reposicionamiento de los sindicatos y el desafío para el sector más castigado de la administración pública  -



El Sindicato de obreros y Empleados Municipales del Partido de Azul –SOEMPA- abrió la lucha por el aumento de salarios del sector y el mejoramiento de las condiciones laborales que se han visto afectadas con el cambio de gobierno comunal. Ya son varias las denuncias por maltrato y violencia ejercida por funcionarios de la gestión de José Inza (FpV); entre ellos, el secretario de Obras y Servicios Públicos, Sergio Cedeño, y también el titular del área de Seguridad y Control Urbano, Mauro Grandicelli, quien protagonizó los últimos incidentes, junto al concejal Rodolfo Rancéz y el Director de Prensa, Lucio Rancéz, luego de que el SOEMPA acampara en el veredón municipal y movilizara hasta allí camiones y máquinas viales.

Frente a la situación de conflicto, el intendente José Inza desapareció de escena y fue el secretario de Gobierno, Héctor Bolpe, quien a través de una conferencia de prensa dio a conocer públicamente la posición del gobierno ante el reclamo gremial.

Para Inza, la medida de fuerza que mantiene el gremio es “desproporcionada” a la causa que la origina  y viene a perturbar un marco de negociaciones que se caracteriza por el “buen diálogo” al que han ingresado las representaciones gremiales.

Son tres los sindicatos con inserción entre los trabajadores del sector: el SOEMPA que lidera Rubén Rodríguez junto a Miguel Burgos, el Sindicato de Trabajadores Municipales, bajo la conducción de Omar Varela. y ATE Seccional Azul, del que es secretaria general Vanina Zurita.

Omar Varela (SMTA), llevado a la justicia penal por el ex intendente Omar Duclós –actual diputado nacional por el Frente Amplio Progresista (FAP)-, recuperó terreno con el cambio de gobierno, mientras Rodríguez y Burgos (SOEMPA) pasaron a la confrontación, después de doce años de sociedad con el poder comunal, el tiempo que duró la gestión duclosista. ATE, en tanto, no logra pararse frente a las nuevas autoridades y se mueve con cautela, con la mirada puesta en la central michelista.



La gestión Inza viene gozando de los favores de los sindicatos afines que arguyen que hay que darle tiempo al gobierno recientemente asumido, como si eso justificara la paralización entera de la administración pública municipal


El gobierno local se apoya en la idea de la concertación para echarle un freno a la arremetida gremial del SOEMPA, valiéndose para esto de la complicidad de los otros dos sindicatos que se han dejado madrugar con un presupuesto municipal sin noticias para los trabajadores. Varela y Zurita sólo la ven pasar.

Dijo Bolpe en conferencia de prensa que están en buen diálogo con los dirigentes sindicales. La verdad es que no están en ninguno. La gestión Inza viene gozando de los favores de los sindicatos afines que arguyen que hay que darle tiempo al gobierno recientemente asumido, como si eso justificara la paralización entera de la administración pública municipal . Varela (SMTA) sólo pidió un aumento de 500 pesos para el magro salario municipal contra la estampida inflacionaria, el impuestazo, el tarifazo y el tazaso que volverán a destruirlo. Zurita (ATE Sec. Azul) no le pone monto ni porcentaje. Sólo habla de defender el salario mínimo vital y móvil y se sienta a esperar.

En ese escenario de capitulación gremial de arranque contra los intereses de los trabajadores municipales, el acampe del SOEMPA le puso realismo a la ficción y sacó a la superficie, para exposición libre y gratuita a todo público, el carácter patoteril y autoritario de la gestión municipal que ya venían conociendo los empleados no adictos al régimen k.

La acusación contra los dirigentes del SOEMPA por su histórica alianza con Duclós (hoy, devenido binnerista) es idéntica a la que puede dirigirse en este momento contra Varela. Los intereses políticos partidarios que movilizan a las burocracias sindicales no deben desmovilizar, sin embargo, a quienes deben defender su salario.

Sin duda, Rubén Rodríguez y Miguel Burgos (SOEMPA) han sido cómplices de la política salarial duclosista, a la que se le debe el mérito de haber llegado a estas alturas con una escala absolutamente deprimida. Del mismo modo que ya se puede sindicar a Varela (STMA) de venir a remplazarlos en ese rol, para acompañar en su caso la gestión de Inza (FpV), por estas horas con el cuento de que hay que darle tiempo al intendente, como si se lo hubiera tomado para organizar el aumento de las tasas municipales.

En medio de las disputas de los partidos políticos burgueses para hacerse, mantenerse y quitarse del Estado y del juego que organizan a esos fines con sus respectivas burocracias sindicales, se pone a prueba la capacidad de los trabajadores de discernir el lugar en el que deben pararse para ejercer la defensa de sus propios intereses. Cualquier factor extraño que se interponga entre el trabajador y la lucha por el salario lo hará para desarticular la organización del reclamo que en distintos momentos puede presentarse a través de distintos frentes gremiales. La cuestión no es quién convoca, sino porqué.

Pero la cuestión es también cómo los trabajadores aprenden a desarrollar desde esas bases las fuerzas que les permita recuperar las estructuras gremiales para el desarrollo de un sindicalismo independiente. Ninguno de los partidos que se alternan en el poder del estado capitalista se diferencia a la hora de ejercerlo, pues ha quedado demostrado que invariablemente uno y otro ejecutan políticas destinadas a satisfacer la exigencias de los sectores dominantes. Aún a fuerza de garrote.


Las patotas fueron compensadas por la tarea de persecución y violencia cumplida con anterioridad a la victoria y ahora devienen organizadas y financiadas por el Estado. Inza es el máximo responsable de esa ingeniería política



Inza integró en su gabinete a todos los sectores internos que se venían disputando los espacios desde el lanzamiento de la campaña electoral y lo hizo indiscriminadamente, para satisfacer las exigencias de cada uno de ellos. El Estado tomado por asalto. Cuadruplicó el plantel político, creó cargos para todos e introdujo la ley del garrote. Las patotas fueron compensadas por la tarea de persecución y violencia cumplida con anterioridad a la victoria y ahora devienen organizadas y financiadas por el Estado. Inza es el máximo responsable de esa ingeniería política que consiste en comprar cuando no hay nada de qué convencer. Método kirchnerista en estado de pureza.

El nombre del “Lelo” Carrizo es esgrimido por funcionarios municipales y militantes k como ultimátum a los que los desafían. Hasta en los portales informativos dejan comentarios del tenor, escudados claro bajo el anonimato. La cobardía también es un rasgo de personalidad política.

El “Lelo” Carrizo fue quien en la última jornada de campaña electoral noqueó al militante del PO para ordenar inmediatamente a continuación que le dieran el golpe final. “Dale, que este gordito está fácil”. Y, por supuesto, lo hicieron. Le abrieron la cabeza. Este mismo señor fue designado por el intendente Inza Coordinador de Servicios de Calles, en la órbita de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos, donde fue ubicado Sergio Cedeño, hoy denunciado por violencia laboral.

La causa judicial en la que se investiga el ataque perpetrado contra militantes del Partido Obrero marcha a paso lento, a pesar de los elementos de prueba ya colectados y los que aún restan reunir y no se procuran. Ni la policía ni la Fiscalía en la que ha quedado radicada la causa han demostrado interés en esta investigación que roza intereses políticos del gobierno de turno. El por entonces Inzamóvil y el vehículo del actual presidente del Concejo Deliberante, Alejandro Lozano, fueron identificados como los que utilizaban los agresores esa noche.

La funcionaria judicial que interviene en esa investigación, en tanto,  la Fiscal Silvia Etcheverry, fue la que durante la intendencia del menemista Juan Atilio Barberena, de cuyo riñón es el actual secretario de Gobierno, archivó una de las más importantes investigaciones contra el dirigente del Sindicato de Trabajadores Municipales, Omar Varela. Viejos favores entre viejos protagonistas que hoy regresan al escenario mayor.



El gobierno de Inza ya definió con precisión sobre qué pilares erige su poder, hacia dónde lo direcciona y cuáles son sus compromisos.


El gobierno de Inza ya definió con precisión sobre qué pilares erige su poder, hacia dónde lo direcciona y cuáles son sus compromisos. El mayor acto político que realizó hasta el momento fue la elaboración del presupuesto de gastos y cálculo de recursos para el 2012. En ese compendio de números que por alguna razón no ha sido publicado en la web para quienes deseen informarse y discutirlo se encuentra el secreto de los deberes que le han sido impuestos desde arriba. El mismo Bolpe en la conferencia de prensa admitió aunque dubitativo que la Provincia tampoco incluyó en la ley de presupuesto –aprobada por la legislatura- suma alguna destinada a aumentos salariales para los empleados de la administración pública. A nivel nacional, incluso, se están produciendo despidos, como consecuencia de la aplicación del Decreto de Necesidad y Urgencia que firmó Cristina y convalidó el Congreso, donde los k tienen mayoría.

La ley del garrote tiene su razón de ser, después de todo. La desesperación por impedir que se caiga el velo con el que se ha tejido un discurso simulado  es directamente proporcional  a la violencia preparada para garantizar una salida capitalista a la crisis del capital que, como en el mundo, sólo puede ser desafiada desde una concepción revolucionaria y de clase.

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