martes, 31 de julio de 2012

La sintonía fina....de Menem



Por Cesar Raineri.
Eduardo Menem jactanciosamente en un programa televisivo dijo una vez respecto de su hermano Carlos Saúl: "... será recordado como un estadista...".

¿Quién ha hecho más que el patilludo riojano Carlos Saúl? Pocos presidentes, porque su sintonía fina persiste tercamente y sigue haciendo destrozos en las condiciones de vida de los trabajadores.

El populismo vernáculo, postrero y  tardío, en el marco de una crisis capitalista que se profundiza día a día, nada tocó de aquel "estadista" riojano; peor aún, aplica sin vergüenza el andamiaje legal dejado por el mismo.

Para muestra basta un botón, dice el dicho popular. En este caso utilizaremos dos botones.
Las obras sociales, además de ser una caja manejada arbitrariamente por el estado, se apoyan en el abandono de coberturas universales, vieja conquista del asistencialismo de la salud que implicaba cubrir todas las enfermedades. Aún en casos complejos las innovaciones médicas llegaban y el sistema era básicamente solidario, ya que el aporte era desigual en función de lo que se ganaba y la cobertura igualitaria. Si bien esto último se mantiene, se quebró con el sistema de prepagas. En algunas obras sociales como PAMI vuelta a vuelta se investiga la situación familiar del afiliado para otorgar una prestación. En este caso, PAMI opera como una obra de beneficencia y la burocracia estatal determina a quién le corresponde una cobertura según el entorno familiar y los haberes del afiliado.

En el 95 Menem introdujo una reforma para ajustar costos y  garantizar aun más los negocios corporativos médicos; es así como implementó el PMO, Prestación Médico Obligatoria, un listado mínimo de enfermedades a cubrir para garantizar las ganancias de las obras sociales y prepagas, además de pasarle un negocio extraordinario a los sindicatos a través de coseguros médicos.

El PMO es tan brutal que deja fuera de cobertura decenas de enfermedades, habilitando su judicialización para que sean incorporadas, luego, a él.

Este proceso juridico es tal que varias enfermedades hoy se cubren por la movilización de los mismos enfermos: la obesidad, la fertilización asistida, la celiaquía,  está en carpeta el ACV, etc. etc.; es además, muchas veces un negocio de ONGs y Asociaciones de Beneficencias.
Ni hablar que a partir de este recorte de enfermedades asoman prestaciones parciales y anárquicas, como cobertura de patologías después que éstas empeoran ( basta observar el nomenclador de Pami).

El otro botón de muestra tiene que ver con  Anses, manejada hoy por el UCD Bossio y la guardia pretoriana de La Cámpora,que  no sólo está sometida a un enorme vaciamiento , pasando a ser un banco que presta dinero barato y se llena de papelitos devaluados ( bonos de deuda ajustados por Cer), además de financiar computadoras, casas y hasta el aguinaldo de trabajadores bonaerenses en lugar de hacérselos pagar a los banqueros, sojeros, mineras, etc. etc.,  sino que además, la estatización de las AFJPs abrió las puertas para financiar a aquellas empresas en las que el estado pasó a ser socio con guita de los trabajadores.

Cierto es que hay más jubilados en el sistema  y  que un 70%  ganan la mínima de 1800 pesos, lejos, muy lejos de la línea de pobreza. Estas y las futuras jubilaciones seguirán siendo miserables, no sólo porque Anses podría quebrar, sino porque gracias a la sintonía fina de Menem las jubilaciones se siguen liquidando con sus reformas. ¡Resulta que se  promedian los salarios de los últimos diez años! una barbaridad en un país con hiperinflación crónica y porque cualquier período de desocupación, algo altamente probable, baja los aportes .Pero el Kirchnerismo fiel a su estirpe gorila, a sabiendas de que calcula haberes jubilatorios miserables, los actualiza tomando la evolución de las jubilaciones en los últimos diez años en lugar del Índice de Salarios Básicos de la Industria y la Construcción, justamente lo que exige la Suprema Corte y da fundamento a los juicios que, además, se pagan a cuentagotas. La diferencia entre un sistema y otro es abismal,  los haberes jubilatorios deberían ser por lo menos dos veces y media más. En números aproximados, una jubilación de 1800 pesos debería ser de 3800.

Como se ve, la sintonía fina de Carlos Saúl Menem sigue viva y se aplica a destajo.

Claro que el discurso K se atrinchera en la defensa de que hay más jubilados sin aclarar que son los nuevos pobres post 2001.

Sintonía fina, dirá Cristina y su coro cacofónico, omitiendo decir que se apoyan en las reformas de Menem.

La oposición, mutis por el foro.

Las Obras Sociales y la Anses deben estar bajo control de trabajadores y jubilados para garantizar una salud única gratuita y una jubilación que sirva para vivir sin mendigar.

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