El frío del
invierno y el frío del gobierno
Desde
hace ya cinco años el Colegio Nacional carece entre otras cosas de una
calefacción apropiada para el abastecimiento del edificio. A lo largo de estos
años, el estado ha prometido varias
soluciones, las cuales se han ido alejando progresivamente de su propia realidad.
En
primera instancia, se planteó la posibilidad de instalar una calefacción
central, cuya aplicación dejaría satisfechas las demandas del estudiantado y de
los trabajadores de la educación en su conjunto. Esta medida le exigía al
estado una fuerte inversión económica, algo que no estaba dispuesto a solventar,
teniendo en cuenta las políticas privatistas auspiciadas por nuestros
gobernantes, que fomentan el desfinanciamiento de la educación pública. El
pretexto que se dio para justificar la negativa a las posibles soluciones fue
que “si la obra se realizaba, el edificio correría peligro de derrumbe”. Es
decir, no sólo la calefacción del nacional se encontraba en pésimas
condiciones, sino que también el edificio lo estaba, lo que es aun peor.
Como
segunda variante ante la insuficiencia de una inversión apropiada, se colocaron
las renombradas “chanchas a gas”, que no son lo suficientemente potentes como
para abastecer las necesidades de los enormes salones del colegio. De hecho,
las mismas sólo irradian calor en un radio muy reducido dentro del aula. Siendo
este intento insuficiente ante la falencia de una calefacción apropiada, el
estado fue por más y envió e instaló caloventores de frío-calor. Los
estudiantes aún no pueden saber si estos funcionan debido a que al momento de
instalarlos se advirtió que el sistema eléctrico del edificio no podía aguantar
este tipo de maquinarias.
Tristemente
los años siguen pasando y el Nacional, al igual que cientos de escuelas de
nuestro país, continúa padeciendo la falta de calefacción. Las malas gestiones
de nuestros gobernantes y las fuertes políticas capitalistas hacen que el
estado fortalezca sus inversiones en las escuelas de gestión privada,
despojando así a los estudiantes de la enseñanza publica, de sus derechos y
garantías. De esta forma, nuestra lucha es por una educación digna. El
mal gobierno impone a los más la ley de los menos, pero organizados, los más podemos cambiar esa ley.
El ex Colegio Nacional es uno de los
establecimientos educativos que mayor cantidad de alumnos alberga, a él asisten
estudiantes de barrios aledaños, en su mayoría pertenecientes a familias
trabajadoras que exigen y reclaman una educación totalmente gratuita y digna.
Nuestros gobernantes no tienen noción de lo que es sufrir el frío debido a que
ellos nunca lo han padecido, pero aquí somos testigos de que no podemos
estudiar en estas condiciones. Es elocuente mencionar que en esta institución
funciona el turno noche, al cual asisten mayoritariamente trabajadores, los
cuales se ven obligados a terminar sus
estudios muchas veces para poder mantener su empleo. Es decir, estamos hablando
de estudiantes que a su vez trabajan. Alumnos que se ven sometidos a arduas
horas de trabajo que luego deben ir a padecer el frío. Estamos hablando de una
terrible injusticia.
Como
alumnos, debemos defender la independencia política de los centros de
estudiantes frente a los gobiernos de turno. Organizarnos y luchar contra las
autoridades reaccionarias. Es primordial levantar un programa de
reivindicaciones estudiantiles. La única forma de que en un mundo de desarrollo
capitalista el estado acceda a satisfacer los reclamos sociales es a través de
la protesta. El reclamo masivo y organizado de los estudiantes y de la juventud
en su conjunto es el único medio para conseguir victorias populares. Es por eso que los estudiantes azuleños nos organizamos: para una
protesta categórica que nos dirija a
prontas respuestas y soluciones.
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