En el marco de la creciente crisis
capitalista, es irrebatible el constante desarrollo que esta tomando la
izquierda a lo largo y a lo ancho del país. Es importante valorar este hecho,
porque estamos viviendo una crisis mundial con pocos precedentes similares en
la historia. Somos consientes de que este fenómeno va a tener como desenlace
una reorganización de la sociedad. Este es el desafío que tiene la UJS. Esa
modificación social puede tener dos
consumaciones muy diferentes, por un lado se encuentra la posibilidad de
que a este cambio lo realice de manera catastrófica la burguesía, y entramos en
un periodo de barbarie social; o la hacemos los trabajadores y le damos
comienzo a un nuevo periodo de transición histórica.
Es frecuente observar en los medios
masivos de comunicación noticias que nos expresan que esta crisis no es lo que
las organizaciones izquierdistas anuncian, que esto es sólo un pozo o un
pequeño decaimiento que sufre el sistema capitalista. Son los mismos medios los
que notifican el crecimiento de la bancarrota capitalista, pero también son
ellos los que anuncian la falsa mejoría de la crisis: “en Estados Unidos
General Motors ha vuelto a tomar obreros”. Uno se pregunta: si hace algunas
semanas atrás esta empresa imperialista estaba despidiendo trabajadores, cómo
es posible que hoy esté incorporando nuevos asalariados? En realidad, esta es
una ya conocida herramienta del sistema. General Motors está tomando obreros
por el 50% del salario de los que despidió cuando se produjo la quiebra. Esto
es lo que el capitalismo está preparando; es un claro ejemplo, algo que pronto
comenzará a verse en todos los países. La rebaja al 50% del salario. Es una
catástrofe social a la que tristemente los asalariados estamos acostumbrados.
En nuestro país, somos consientes de que
no estamos blindados frente a la catástrofe económica mundial. Argentina
atraviesa una crisis sistemática que es distorsionada a través de una política
de ajuste. Como ya sabemos, el ajuste no se va a plasmar en los poderosos
empresarios capitalistas, ni en la burguesía; se va a reflejar en los
trabajadores.
En la actualidad, los argentinos estamos
sufriendo las consecuencias de un gobierno que está muy lejos de ser nacional y
popular. Si un gobierno se atribuye a sí mismo estas características, cómo
explica que cerca del 80% de los trabajadores reciba un salario equivalente a la
mitad de la canasta familiar o que el 75% de los jubilados cobre la mínima y la
jubilación media no llegue al 40% del sueldo medio. Mientras tanto, los fondos
del Anses siguen siendo profanados y financiando agrupaciones partidarias del
gobierno K.
Como si con esto no alcanzara, los
empresarios especulan en las vísperas del tarifazo plantear un techo en las
paritarias o la devaluación.
Para sobrepasar este tipo de cuestiones
es necesario un cambio integral del poder político y de organización de los
órganos estatales. Es preciso reclamar por un salario básico inicial de 6.000
pesos, luchar por el 82% móvil para todos los jubilados y suprimir el impuesto
a las ganancias sobre el salario y el techo salarial sobre asignaciones
familiares.
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