jueves, 26 de abril de 2012

A 21 años del asesinato de Walter




Un paso atrás. No me toques!

Escribe: Federico Burgos (UJS - PO de Azul)



Ya pasaron 21 años del asesinato de Walter Bulacio en manos de la policía federal y todavía no hay procesados por el crimen. El 19 de abril de 1991 Walter era uno de los tantos pibes que habían ido a ver a una de las bandas emblemáticas del rock argentino, Patricio y sus Redonditos de Ricota, que por entonces estaban en la cúspide de su carrera; el recital tenía lugar en el Estadio Obras Sanitarias, pero Walter y otros pibes nunca pudieron llegar. Personal de la policía federal seccional 35, a cargo del comisario Miguel Angel Esposito, iba al lugar con una sola orden: reprimir a cualquiera que se cruzara en el camino.


En total, fueron 73 las personas que se llevaron detenidas ese día. Ninguno fue acusado de delito o contravención alguna y dejó el trágico saldo de un muerto. Walter murió el 26 de abril de 1991, es decir, a 7 días de haber sido detenido. Su muerte fue producto de la golpiza que le propinó la policía; a 21 años de su asesinato no hay detenidos por ese asesinato.

Este fue un claro ejemplo de gatillo fácil, los que ocurren cada día en cada barrio, a los que la justicia hace la vista gorda. La policía, en tanto, se siente en condiciones de utilizar sin límites las facultades represivas que el Estado le proporciona. Desde la restauración de la democracia, hay muchos casos de gatillo fácil que podríamos citar, pero en este último tiempo vemos, además, cómo el accionar de esa policía asesina se desenvuelve en conjunto con las barras bravas de distintos clubes del fútbol argentino.

Así fue el caso de Mariano Ferreyra (2010). Militantes del Partido Obrero fueron atacados por una patota sindical que estaba integrada por barras bravas del club Huracán, desde la cual le dieron muerte a Mariano y dejaron en grave estado a la militante Elsa Rodrigues además de dejar heridos a tantos otros; todo esto, con una policía que liberó la zona para hacerlo posible. Otro caso es el de Rubén Carvallo(2009), con la participación de la barra de Vélez y la misma policía, esta vez reprimiendo sin piedad a la gente que estaba ingresando al recital de Viejas Locas. Como saldo, hubo un muerto, que dicho sea de paso lo encontraron varios días después, ya con muerte cerebral producto del duro brazo de la ley y centenares de pibes que fueron encarcelados y también golpeados.

Si hay que seguir hablando de gatillo fácil no se puede dejar de nombrar a Cristian Ferreyra, asesinado por defender sus tierras; Carlos Funtealba, maestro ejecutado nada más y nada menos que por la misma gendarmería nacional; Maximiliano Kosteki y Dario Santillán, masacrados en el puente Avellaneda y tantos otros que fueron víctimas de la brutalidad policíaca.

A 21 años del asesinato de Walter Bulacio, que se haga justicia por él y por todas las personas que han sido víctimas del gatillo fácil. Basta de impunidad para estas personas que se creen que pueden domesticar a un pueblo que ya no quiere que se le mienta. Basta de un estado ausente. Basta de justicia para unos pocos. Justicia por todas las víctimas de gatillo fácil.

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