PLATA HAY. AHORA FALTA PONERLA
Después de tanto decir que no, la bancada oficialista (FpV) cedió y votó junto a los impulsores de la iniciativa (FAP y UCR) pedir al intendente que contribuya con los papeleros con una suma mensual, provisoria, equivalente al salario municipal de 35 horas, para un ingresante en la categoría más baja. Se calcula en unos 1.500 pesos. Los trabajadores rompieron la sintonía fina.
Una manifestación de envergadura hizo sentir la fuerza de la lucha papelera en el recinto del Concejo Deliberante. Anoche, la causa de los trabajadores de Papelera Azuleña S.A. hizo vibrar la sala de sesiones en momentos en que los concejales consideraban la propuesta de pedir al intendente un subsidio temporal equivalente al salario mínimo vital y móvil para los obreros que hace seis meses se ven impedidos de trabajar.
Esta iniciativa, que había surgido de un plenario de los trabajadores y las organizaciones agrupadas en su defensa y fue recogida por la concejal del FAP Maya Vena, venía siendo rechazada por el kirchnerismo, por directivas del Ejecutivo que se negaba a aceptarla, al igual que cualquier compromiso estatal que implicara una contención económica momentánea. Esta actitud, incluso, llegó a romper el diálogo entre los papeleros y el gobierno de José Inza que se mostró imperturbable en el último tiempo frente al conflicto y costó además que la Juventud Sindical se retirara de la lucha por la recuperación de la fábrica.
El proyecto, presentado por los bloques del Frente Amplio Progresista (FAP) y la Unión Cívica Radical (UCR), fue puesto a consideración junto al que, proveniente de las mismas bancadas, proponía solicitar al intendente reunir al comité de crisis, para tratar la emergencia papelera.
Los trabajadores, sus familias y las organizaciones nucleadas en la lucha que ellos lideran por la recuperación de la fuente de trabajo se hicieron sentir con cánticos alusivos, al compás del repiquetear de los bombos y redoblantes en manos de los más jóvenes, todos militantes comprometidos con la causa papelera, mientras los concejales reunidos a puertas cerradas procuraban encontrar una salida que finalmente fue la de conceder su aprobación a una contribución aproximada a los 1.500 pesos y reclamar la convocatoria a reunión del comité de crisis.
En ese contexto y después de conocerse la decisión judicial de intervenir la empresa para su pronta reactivación en resguardo del derecho al trabajo de los obreros, no había mucho margen para que el kirchnerismo insistiera en la negativa a implicarse contra la violación de los derechos esenciales de los trabajadores y sus familias.
La decisión del Concejo Deliberante, adoptada por unanimidad, fue consensuada en un cuarto intermedio, durante el cual el reclamo se hizo sentir con mucho ruido y con la intensidad del peso de la injusticia que las familias papeleras soportan desde hace ya mucho tiempo. Seis meses sin poder trabajar y privados de sus medios de subsistencia, con un gobierno que rechazó involucrarse insistentemente, indica la medida de la fortaleza de la lucha que ya lleva dos victorias: la reactivación con un administrador judicial por el momento y la resolución sancionada anoche por la totalidad de los concejales que ahora le piden al intendente implemente esta contribución temporal, hasta tanto la reanudación de la actividad productiva reponga a los trabajadores en sus derechos elementales.
Naturalmente, también es un paso ganado en este difícil proceso de defensa férrea de la fuente de trabajo la aprobación igualmente unánime de requerir a Inza convoque al comité de crisis que tendrá que incluir a los trabajadores y también a las organizaciones políticas y gremiales involucradas en esta causa obrera.
El nombre del compañero fallecido en plena lucha por la defensa de la fuente de trabajo, Cristian "Pachi" Lara, conmovió nuevamente con su presencia. Su muerte, ya lo dijimos, tiene responsables. Que el crimen de Pachi no sea en vano.Será badera. Será causa. Será la fuerza que necesitamos para pelear por la reapertura de la fábrica con su nombre.
La lucha continúa.
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