INFAME SOCIEDAD
El ministro de Infraestructura, Obras Públicas, Servicios Públicos y Tierra y Viviendas, Alejandro Gaspar Arlía, se metió de lleno en la interna del equipo de José. Algunos especulan que podría haber intercedido con ese objeto el diputado Mario Caputo (en la foto con el intendente), quien hace pocos días se atrevió a afirmar que el Estado no tiene nada que hacer en el conflicto por la papelera, defendiendo la decisión del intendente de no intervenir con políticas de contención para las familias de los trabajadores.
Contrastan con esas definiciones las palabras de Arlía que aseguró que "formamos parte de un proyecto político que nunca deja a nadie en el camino, ni propios ni extraños y porque nuestra labor fundamental es atender las demandas de los ciudadanos que no responden a un color político sino a sus necesidades específicas y a sus derechos al crecimiento y la dignidad. El país hoy tiene por delante un futuro y un presente que nos da la oportunidad de revertir esos años en los cuales la inclusión social no era un tema en la agenda de los gobiernos". Como si hoy lo fuera. A las pruebas.
En su paso por Azul, donde inauguró la sede del centro de Estudios del Arquitecto Salamone, el ministro reclamó la aprobación del Presupuesto que tiene demorado el Concejo Deliberante, donde los oficialistas de la comisión que lo mantiene en tratamiento, Alejandro Lozano, Pablo Puppio (hombre de Lozano, aspirante en su momento a integrar el gabinete) y Luis Conti confrontan con el Secretario de Hacienda, Néstor Requelme, ejecutor de la Sintonía Fina por estos lares e ideólogo del lamento oficial por la deuda flotante. Para un tango. Naturalmente, la herencia de Duclós también integró el discurso.
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