Se tienen que ir TBA y todos los
concesionarios de los ferrocarriles
Juicio y
Castigo
Las 600 víctimas del choque de
Once, con casi 50 muertos hasta ahora, no han sufrido un accidente. Han padecido
la consecuencia de la falta de mantenimiento e inversión que caracterizó la
gestión de las concesionarias desde la privatización menemista al presente. Son
víctimas también de la continuidad del negocio bajo el kirchnerismo, que
benefició a Cirigliano, Roggio, Romero, Macri, Moyano y la actual conducción de
los gremios ferroviarios con multimillonarios subsidios. Una verdadera mafia que
maneja la Secretaría de Transporte de Juan Pablo Schiavi a
su antojo.
No sólo son los responsables de
la precariedad del servicio, expresada también en la falla de los frenos de la
formación siniestrada, sino también de la precariedad laboral y la persecución
sindical contra quienes denunciamos este “Cromañón” latente desde hace muchos
años.
En los últimos 12 meses, hubo
varios choques fatales y descarrilamientos con trenes. El 2 de enero, descarriló
un tren que se dirigía de Retiro a Tucumán con 1.400 pasajeros a bordo. El 18 de
diciembre del año pasado, una locomotora que debía enganchar a una formación que
estaba detenida en la estación Temperley no frenó a tiempo y la chocó: 17
heridos. El 28 de noviembre descarriló en Chascomús el nuevo tren Talgo a Mar
del Plata. El 13 de septiembre, un tren embistió a un colectivo y luego chocó
contra otra formación en la estación Artigas, del barrio de Flores, en un paso a
nivel sin banderillero y con una barrera automática descompuesta: once muertos y
228 heridos. El 16 de febrero, un tren de Ferrobaires no frenó y embistió a otro
de Ugofe a la altura de estación San Miguel: cuatro muertos y más de 100
heridos. Una estadística negra.
La conversión de formaciones
eléctricas Sorefame, traídas de Portugal, para ser remolcadas por locomotoras
Diesel es reveladora de que toda la inversión estatal se transforma en retornos
para los funcionarios y en una regresión tecnológica. Esas formaciones son
producto de una compra multimillonaria de material obsoleto de la mano del ex
secretario de Transporte Jaime (hoy procesado, pero libre y participando de
actos oficiales).
Los ferroviarios no queremos más
muertos. Está en juego la seguridad de usuarios y trabajadores. El futuro de los
ferrocarriles no puede seguir en manos de esta trenza de empresarios, burocracia
sindical y funcionarios corruptos.
Exigimos:
·
Juicio y castigo a los responsables de
este verdadero “Cromañón” ferroviario. Que se vaya Schiavi y el subsecretario de
Transporte Ferroviario, Guillermo Antonio Luna. Que respondan ante la
justicia.
·
Fuera TBA y todos los concesionarios de
los ferrocarriles.
·
Perpetua a los asesinos de Mariano
Ferreyra.
·
Fuera la patota sindical de los gremios
ferroviarios.
·
Nacionalización inmediata de los
ferrocarriles bajo control obrero.
22/02/2012
Causa Ferroviaria Mariano
Ferreyra
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