domingo, 25 de septiembre de 2011

EFASA: la lucha continúa

La misma empresa asumió el doble carácter de deudora-acreedora y fue beneficiada con la facultad de controlarse a sí misma en el proceso de su propio concurso preventivo. Y en un claro intento de sustraer el inmueble que ocupa en calle Leyría a eventuales reclamos de posibles acreedores, nunca lo inscribió como de su propiedad.

Tomado de YouTube. Final EFASA peli. De estudiosdynamo

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El diario digital de Azul La Ventana informó días atrás sobre el regreso de la dirigente gremial Elisa Lehrman al establecimiento frigorífico EFASA, luego de que una resolución del Ministerio de Trabajo la autorizara, pese a las resistencias empresariales dirigidas a impedirlo.
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Lehrman volverá a postularse como delegada en las elecciones del jueves, después de verse obligada a hacer uso de una licencia gremial que la sacó de juego en pleno conflicto, cuando la empresa logró burlar el convenio colectivo de trabajo y reanudar la actividad bajo las condiciones salariales que se había propuesto.
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El empresariado alemán había cursado telegramas de despido al personal del establecimiento, realizando casi simultáneamente una presentación apurada en la Justicia, en la que alegó una situación patrimonial negativa que sin embargo no demostró y tuvo que referir a requerimiento judicial.
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En la apertura del concurso, la Justicia ordenó en su momento formar un comité provisorio de acreedores integrado por Geti Wilba W.U. G. GMBH & Co KG; Afip- DGI y South American Trucking SA, con las facultades emergentes de la ley de concursos y quiebras, convirtiéndose así en un órgano de control del síndico y el concursado.
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Pero uno de esos acreedores habilitados por la justicia resultó ser la empresa misma. En Alemania, Geti Wilba W.U. G. GMBH & Co Kg presenta al establecimiento radicado en Azul como una de sus filiales, con lo cual, en este proceso pasó a asumir el doble carácter de deudora-acreedora.
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También tuvo la facultad exclusiva de buscar acuerdos con cada una de las categorías de acreedores, ofreciendo quitas, pagos con facilidades, etc., lo que constituyó un arma que pudo esgrimir contra los intereses de los trabajadores. Y como si eso hubiera sido poco, en un claro intento por sustraer el inmueble que ocupa en calle Leyría a eventuales reclamos de posibles acreedores, nunca lo inscribió como de su propiedad, exigiéndole la justicia que así lo hiciera para integrarlo formalmente a su patrimonio. En otras palabras, le ordenó que escriturara.
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Mediante distintos artilugios, el grupo empresario se aseguró  transitar el camino concursal con protección de sus objetivos comerciales pagando el menor sueldo posible a sus trabajadores; es decir, tirando abajo el convenio colectivo y, a pesar de la magnitud de la deuda contraída con los proveedores Cooperativa Eléctrica de Azul Ltda. –CEAL- y Camuzzi Gas Pampeana, manteniendo los servicios de luz y gas, ambos esenciales para seguir produciendo.
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Producto de la política extorsiva empresaria. el gobierno nacional subsidió a la empresa haciéndose cargo de una parte del salario, lo que se viene instrumentando a través del programa de recuperación productiva -REPRO-. Sin embargo, los REPRO que prometieron Nación y Provincia fueron incumplidos sistemáticamente hasta el extremo de dejar a los trabajadores y sus familias en estado desesperante. Meses atrás, hijos de esos trabajadores suscribieron una carta que hicieron pública y se convirtió en un verdadero manifiesto frente a la injusticia.
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El proceso concursal no ha concluido aún. El regreso de Lehrman representa un paso adelante en el marco de una lucha que es larga pero no se rinde.

La lucha continúa.
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Las fotografías corresponden a las jornadas de lucha lideradas por los trabajadores de EFASA en pleno conflicto con la empresa.

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