PAPELEROS DE AZUL: NO LOS DEJAN TRABAJAR Y LOS CONMINAN A PAGAR

En Julio de este año -campaña electoral preprimarias-, el presidente de OCEBA -Organismo de control de Energía Eléctrica provincial-, Jorge Arce, anunciaba con bombos y platillos la reconexión del servicio de energía eléctrica en la papelera de Azul, desde hace dos años bajo control de los trabajadores. Hernán Bertellys se lució en las fotos con Arce y el presidente de la Cooperativa Eléctrica de Azul, Roberto Rusciolelli, instalando en el imaginario su mediación en la obtención del servicio para la cooperativa "Pachi Lara", a la que se le pasó a proveer un servicio precario que hoy le facturan. En su momento, Rusciolelli en persona les hizo firmar a los papeleros un compromiso de pagos futuros, con exclusivo cargo a los trabajadores. Esto, no obstante el discurso del organismo provincial de control que exaltó la jerarquía de los derechos que le asistían a los obreros, reconocidos como derechos esenciales, en los que se basó para quebrar la reticencia de la CEAL a suministrar energía a la planta fabril, donde resisten los obreros a la espera de la resolución judicial que los autorice a empezar a trabajar.

Los papeleros no han podido poner en funcionamiento la planta todavía porque el Estado no se los permite -la Justicia de primera instancia demora la resolución de la cautelar, pese a la observación que le hizo la Cámara de apelación en su última resolución del 26/9- y la CEAL los conmina al pago de facturas superiores a los dos mil pesos por la provisión precaria del servicio. Los obligan a pagar, pero no los dejan trabajar. El Estado en todos los órdenes, desde Nación a Municipio, con todos sus poderes, para quien es proclive a valorar las bondades republicanas, sigue siendo el gran ejecutor de una política contra los trabajadores.