Está fuera de discusión que la estrategia del cristinismo es ahogar al gobierno provincial hasta el límite, antes de que el incendio se los lleve puestos a unos y a otros. Pero lo que hay que poner de relieve es que el conflicto docente y el conflicto estatal -viene asociado- se procesan sobre un ajuste provincial devastador. La carga impositiva provincial aumentó un 42 por ciento en los últimos cinco años (Clarín, 9/11).
Los K aluden a la “mala gestión” de Scioli, argumento mediante el cual pretenden acumular para los grupos “cristinistas” que tienen como cabeza al vice gobernador una suerte de comisario político -presidencial en la gobernación. Este argumento lo recoge Baradel para justificar los paros. Pero en materia salarial, el gobernador aplica la línea nacional. Su presupuesto entraña un ajuste del gasto social, educativo y sanitario, y fue votado por los cristinistas, así como por toda la oposición- con el cuento de la gobernabilidad. Ese presupuesto está en la línea de las exigencias nacionales, cuando empezó a cortar el grifo de los adelantos transitorios a las provincias. Scioli, en este punto, es el mejor alumno del ajuste K, ya que reproduce la orientación social del gobierno kirchnerista.
La Presidenta y su ministro Lorenzino acusan a Scioli de pagar sueldos con endeudamiento, por lo que le niegan ahora la firma para créditos. La legislatura provincial autorizó la friolera de 18.700 millones de endeudamiento, pero la provincia no accede al mercado de capitales por las altísimas tasas y por falta del respaldo de la coparticipación -algo que Cristina sí le dio a Macri. En la realidad, Scioli pide créditos para pagar sueldos y Cristina emite dinero con el mismo fin, debido a que ambos mantienen las exenciones al capital financiero, así como las exenciones y subsidios a los capitalistas.
El vaciamiento sanitario es pavoroso, el hospital público está en un creciente conflicto en toda la provincia. Los techos del 70 por ciento de las escuelas secundarias del conurbano se caen. A los proveedores de comedores escolares se les adeuda 400 millones.
En semejante cuadro, que tiene paralizada la administración provincial, De Vido se reunió con veinte intendentes, entre ellos Espinosa de Matanza y el fascista Othacehé de Merlo, puenteando al gobernador, para firmar un convenio de obras con fondos directos nacionales. Se trata de obras menores y cosméticas, según la denuncia de los compañeros del Sitraic. Allí no hay un plan reactivador de viviendas ni saneamiento del Matanza o el Reconquista, tampoco cloacas masivas. Es sólo un plan de guerra entre camarillas del PJ, mientras la provincia se incendia.
El hermano de Scioli -¿un huevo en otra canasta?- opera con un desorientado De Narváez, quien espera la crisis final. Massa pivotea por derecha en base a negocios inmobiliarios de lujo y cámaras de seguridad, mientras sus barras bravas se matan a tiros y las napas freáticas del distrito se contaminan por falta de cloacas.
Unidos y Organizados: sabbatellismo, Evita, La Cámpora, con Mariotto y con el concurso de un sobrevenido combativo Baradel, esmerilan a su propio gobierno para copar las listas que deberán inscribirse en junio. Operan aliados a la banda de los Espinosa y Othacehé (lo más podrido del aparato del PJ) para encerrar a Scioli. En tanto, tientan a Massa para una colectora. ¿Es esta la revolución cristinista?
Nuestra intervención está orientada en lo inmediato a llevar a la victoria la huelga docente y estatal, planteando la huelga general y un comando único de huelga estatal, además de volcar padres y estudiantes para inclinar la balanza social a favor de la educación. Pero el PO toma los próximos 60 ó 90 días como un escenario clave para ganar la calle, las fábricas y los conflictos sociales, colocando a la izquierda revolucionaria a la cabeza de un reagrupamiento político de los trabajadores en la provincia, el cual acabe con el fraude de las izquierdas que operan como furgón de cola de la burguesía oficial u opositora. Asambleas por distrito votan esta campaña. Los ejes y referentes en cada distrito se ponen a la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario