domingo, 16 de diciembre de 2012

Las felices fiestas de Moyano, Micheli y Barrionuevo


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La convocatoria a la marcha del próximo 19 no debería engañar a nadie. La ausencia de un plan de lucha, desde la primera manifestación contra el impuesto al salario hace ya seis meses, es una demostración suficiente de que las reivindicaciones obreras son un elemento secundario del trío convocante. Su verdadero propósito es contribuir al desarrollo de un frente opositor al kirchnerismo, que va desde el PRO a Proyecto Sur -este último, intentando obtener un reconocimiento de la candidatura de Solanas a senador de la Ciudad por las grandes ligas. Decepcionado de la posibilidad de un pasaje de Scioli a la oposición, Moyano se ha lanzado con decisión a un frente con el peronismo remanente, como lo prueban sus febriles negociaciones con la derecha del peronismo y su reunión política del martes 11 con Lavagna.


Moyano y Micheli pretenden dar por cerrada la zafra reducida de manifestaciones, que iniciaron el pasado 24 de junio, para volcar sus mejores energías a los armados electorales. Caracterizan que el gobierno logró resistir la presión para subir el mínimo no imponible por lo que ahora hay que esperar al retoque que haga el gobierno el año que viene, o a una movida oficial contra las paritarias. Moyano ya legalizó su partido de la Producción (sic) y el Trabajo (PT) -una ficción incluso para un partido sindical. En las filas de Micheli, según reporta Clarín, se replantea dejar a la calle en un lugar menor para concentrar esfuerzos en la promoción del bloque electoral Lozano-De Gennaro en el FAP. Hermes Binner pretende zanjar las disidencias en el FAP en ocasión de las internas abiertas, que ya advierte que serán una dura disputa, a la que pretenden invitar al mismo ‘Pino’ Solanas. Los ‘progresistas’ del FAP se hicieron los distraídos con el acto de “unión democrática” que convocó la UCR, que Binner reforzó luego con una columna editorial, el miércoles, en Clarín. La elección del diario de Magnetto no es casual, pues es evidente para todo el mundo que es el principal fogonero de la “unidad democrática” de los opositores. La ‘progresista’ Margarita Stolbizer no se quiso perder la luminaria, por lo que mandó por escrito su apoyo desde el extranjero. Como lo demuestra, sin embargo, la reacción popular ante el fallo fraudulento sobre el secuestro de Marita Verón, o la movilización barrial a la Legislatura contra el pacto inmobiliario PRO-K, sacar a la gente de la calle será sencillamente inviable, porque Argentina ha ingresado en estado de asamblea.
Para 2013 se pronostican paritarias calientes, cuyo motor ya han encendido los docentes bonaereneses. Scioli reserva para el arbolito navideño el pago en cuotas del aguinaldo.
Los convocantes dieron la cita para el 19, de modo de coquetear con el Argentinazo que comenzó en la noche de ese día hace once años, pero para evitar -por sobre todo- confundirse con el mismo 20 de diciembre. El trío convocante saboteó el Argentinazo en su momento (la CTA estaba abocada a un plebiscito sobre el ingreso mínimo) y no es para nada afecto a las puebladas. La alianza de Moyano con Barrionuevo, que ha fracasado para que el barrabrava de Chacarita ingrese en la CGT Azopardo, es una señal política clara para avanzar hacia un acuerdo con el bloque de Caló para defender la caja de las obras sociales. Por eso, el gobierno reaccionó con la oferta de un ‘pacto social’ a la burocracia oficialista, cuya contrapartida será, sin duda, un arreglo sobre las deudas del Estado con esa burocracia.
Por todo esto, luce como un despropósito que se quiera presentar a la convocatoria del 19 como “una jornada de lucha”. Desarrollada hasta sus últimas consecuencias, esta posición flirtea la capitulación ante la burocracia moyanista. El propósito de la convocatoria (cuyo horario fue acomodado por Moyano con la supuesta intención de facilitar el acceso de caceroleros) no es otro que proceder a un recuento de fuerzas de cara a los próximos episodios de la crisis política y a los armados electorales de la oposición ‘democrática’. A partir de esta caracterización, el planteo de la izquierda revolucionaria debe ser disputar ese recuento con una movilización extraordinaria de fuerzas, sobre la base de las posiciones combativas: un plan de lucha y una huelga de 36 horas. Hay que ir para criticar la convocatoria burocrática con tendencias políticas pro-imperialistas, no para embellecerla. Para disputar, no para conciliar. Para mostrar ante los ojos del pueblo que se desarrolla una unión entre la izquierda revolucionaria y el movimiento obrero. Al día siguiente, debemos salir a reivindicar los métodos del Argentinazo que, como el Cordobazo, deben servir para reforzar la conciencia histórica del proletariado.
Una mirada muy simple sobre el escenario político alcanza para ver que los partidos patronales y el gobierno están lanzados a dirimir la crisis política mediante un referendo, que idealmente para ellos debería tener lugar en las internas abiertas y en las legislativas de octubre próximo, pero que bien podría ser desencadenado antes, según lo plantee el ritmo de la crisis. Cuando aún está fresquísimo el papelón del 7D, cuando al mismo tiempo se desata una crisis con la mismísima Corte Suprema, cuando el empleo cae y la economía no levanta; cuando ocurre esto y muchas cosas más, estalla el volcán provincial con un nuevo asesinato de compañeros Qom y el fallo del tribunal de Alperovich. Con este fallo, Marita Verón se convierte en una desaparecida oficial de la democracia. La organización social capitalista queda al desnudo en todo el país con la extensión de la red de trata y con la extraordinaria declaración de un ‘cafishio’ del oficialismo de Tucumán, quien reivindica la prostitución.
Hay un mundo de fango y sangre que debemos enterrar cuanto antes.

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