domingo, 14 de octubre de 2012

Juventud, divino tesoro!!!




Por Nahuel Mirande (UJS-PO, Azul)
… “desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo, y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano”… (Frase adjudicada a Lucio Cabañas, revolucionario mexicano). La dichosa frase de Cabañas pone de manifiesto la participación activa de la juventud en la sociedad. El correcto sentimiento de desprecio a las injusticias y miserias humanas ante un sistema explotador es lo que hace que la juventud luche para cambiarlo. Todo joven que sienta una profunda repugnancia  al régimen de la sociedad explotadora del sistema capitalista se convierte automáticamente en revolucionario, luego si este sentimiento es infalible el joven se convertirá en marxista. Porque el marxismo es la fuente de las reivindicaciones sociales, es el medio que determina la verdadera lucha de los estudiantes, de los obreros y del conjunto del pueblo trabajador.

En la actualidad, los movimientos estudiantiles han recobrado un gran valor social. El crecimiento del movimiento estudiantil mundial ha vuelto a tomar fuerza. Los estudiantes chilenos son un ejemplo de lucha en defensa de la educación pública y gratuita. En Chile, la educación ha ido sufriendo un fuerte desfinanciamiento por parte del estado, desde la dictadura de Pinochet hasta los gobiernos que le sucedieron. Este plan de privatización educacional no es exclusivo de Chile, es un proceso mundial en beneficio de los capitales que hacen de la educación un negocio. El modelo de educación privada no parece ser ajeno a ningún país y afianza un fuerte programa de exclusión social, con un mayor control del estado sobre las clases damnificadas por el sistema.

Actualmente, en Chile se destina a la educación sólo un 4,4% del PIB cuando según la ONU los estudiantes chilenos necesitan como mínimo el 8% para poder empezar a resarcir el déficit educacional. Además, este país sufre las serias consecuencias de la descentralización de la educación, que actúa como factor determinante del escamoteo del estado ante las necesidades presupuestarias del estudiantado. Como si esto fuera poco, la ola privatizadora de la dictadura de Pinochet consiguió dejar en manos del capital más del 80%  de las universidades, mientras que la educación secundaria distribuye sus porcentajes educativos de la siguiente manera: el 50% del alumnado concurre a escuelas subvencionadas, el 40% a escuelas públicas y el 10% a escuelas privadas. Obviamente, las becas son sumamente escasas y por lo general las familias trabajadoras chilenas deben recurrir a costosos créditos privados para poder solventar la educación de sus hijos.

Ante éstas y muchas problemáticas más, el levantamiento de los estudiantes chilenos se hizo  inevitable. Las reivindicaciones del conjunto de la juventud han alcanzado un carácter sumamente revolucionario. Desde el año 2011, las tomas y las movilizaciones masivas de los jóvenes del país andino han generado un proceso de lucha sumamente importante, que ha servido de ejemplo para la juventud revolucionaria de todo el globo. Como es costumbre en los regímenes de la democracia burguesa, todo levantamiento popular debe ser reprimido y si el movimiento de rebelión presenta características colosales la represión será aún mayor. Durante esta lucha Sebastian Piñera (Presidente chileno) se ha encargado de darle rienda suelta a la brutalidad policial. El trabajo de los carabineros en esta disputa marca de forma muy clara una de las principales funciones de las fuerzas armadas. El estado chileno refrota las leyes del estado burgués, utilizando a las fuerzas de seguridad como medio de represión a fin de defender los intereses económicos de una clase sumamente minoritaria y un aparato económico basado en el sometimiento de la clase trabajadora. Para la burguesía, los derechos individuales de los poderosos están por encima de la soberanía popular. Ni la resolución democrática puede limitar los derechos de los poderosos, aún cuando estos derechos sean la causa de la desgracia de los pueblos. Es por eso que los logros populares pueden gestarse de manera revolucionaria ejerciendo presión al estado hasta que éste se vea obligado a acceder a la soberanía del reclamo popular.

En lo que va de esta huelga, la represión brutal arroja más de 2000 estudiantes detenidos. Pero a pesar de esto y de no tener aún ningún tipo de respuesta concreta por parte de las autoridades, el reclamo permanece vigente y no parece querer detenerse hasta no lograr una victoria.

Pero como mencionamos anteriormente, la situación de la educación dentro del régimen capitalista y bajo la máxima expresión del mismo, es decir, el imperialismo,  su contexto y problemáticas se repiten en diversos países del mundo. En Argentina no somos ajenos a este sistemático ajuste presupuestario de la educación pública; es más, aquí en nuestro país también nos vemos envueltos en diversos reclamos.

El fenómeno de la toma se encuentra en el foco de la polémica. Los medios se han focalizado en desvirtuar el reclamo, en tildar de “vagos” a los estudiantes que se han puesto firmes en el reclamo. La situación edilicia de los establecimientos educativos en nuestro país es pésima, la falta de financiamiento en infraestructura genera un déficit que se convierte no sólo en un problema para el proceso de aprendizaje, sino también un peligro para la integridad física de los estudiantes. La falta de respuesta por parte de las autoridades institucionales, como así también de los funcionarios del estado y los políticos de turno, ha agotado la paciencia de los estudiantes en varios puntos del país, dando lugar a constantes reclamos de diversos tipos y llegando (a falta de respuesta y soluciones) a tomar los colegios. Este hecho fue visto por los medios nacionales como un suceso aberrante, interpretando este tipo de reclamos como medios antidemocráticos, irracionales, antimoralistas etc. Ahora mi pregunta es ¿son los estudiantes los antidemocráticos? ¿Son los jóvenes irracionales? ¿O es este modelo político, económico y social el que no da lugar a la democracia en la educación? Si la toma de los colegios es un acto antidemocrático habría que recordarles a las autoridades, a los funcionarios y a los políticos que los estudiantes buscaron solucionar sus problemas de forma adecuada, a través del dialogo, con petitorios, con diversos reclamos y fueron los mismos funcionarios los que ignoraron las necesidades de los jóvenes.

 El afán de los gobiernos capitalistas por impulsar de forma definitiva la privatización educativa es uno de los actos más materialistas que el mismo régimen provee. El estado pretende que los estudiantes sean sólo una cuota a fin de mes. Son precisamente éstas las injusticias sociales que generan en los jóvenes el sentimiento ineludible de repugnancia al sistema. Es lo que genera la madurez del pensamiento y la necesidad de todo joven de tratar de cambiar las cosas.

En nuestra ciudad, hemos sido testigos hace ya más de un año de la toma de un instituto terciario. El reclamo constante de los estudiantes por el edificio propio conllevó la necesidad de la toma, ya que los mandatarios hicieron oídos sordos a los reclamos del conjunto de los estudiantes unidos por una justa razón. 

Nuevamente, las voces de algunas autoridades reaccionarias acudieron a criticar el levantamiento estudiantil, sin saber que con sus entredichos y declaraciones sólo despiertan cada vez más el deseo de continuar la lucha.

Por otra parte, es elocuente la aparición y el crecimiento de las agrupaciones y juventudes que levantan los reclamos mediante planes de luchas y reivindicaciones revolucionarias. La reciente aparición de agrupaciones estudiantiles como T.U.P (Todo un Palo), cuyos programas se ven influenciados por la izquierda, es un reflejo de la necesidad de los jóvenes de pelear frente a un modelo político que no les da lugar en la sociedad. La explotación laboral, el desfinanciamiento de la educación pública, la lucha por los derechos mayoritarios de estudiantes y trabajadores son algunas de las causas que inspiran a lo jóvenes a participar y levantar sus ideas contra del sistema. El miércoles 26 de septiembre último, el joven militante de la UJS Patricio González, planteó en pleno debate televisivo, ante diversas agrupaciones políticas, cuáles eran las dificultades de los jóvenes al momento de organizarse en forma correcta, para poder luchar por los derechos de los estudiantes, denunciando el nefasto accionar de algunas autoridades reaccionarias en los colegios secundarios. El compañero remarcó entre otras cosas las maniobras anti-educativas que llevan adelante los directivos de diversas escuelas, poniendo de manifiesto que los mismos colocan trabas para impedir que los estudiantes luchen por las reivindicaciones del estudiantado y la defensa de la educación pública. El conductor del programa le espetó a González que si no se era rebelde a su edad cuándo lo seria. Por supuesto, el periodista obvió considerar el arma represiva que la educación guarda para los alumnos rebeldes: las famosas amonestaciones, las amenazas, el ultradisciplinamiento, el abuso de poder, la prohibición de la difusión de ideas políticas y, más aún, si son revolucionarias, la exclusión de los “rebeldes”, a los que no se les permite participar en las decisiones de los órganos de cogobierno.

Desde la UJS proponemos ir por agrupaciones independientes de las autoridades y de los gobiernos patronales que ven a la educación como un negocio. A esos señores les decimos que las escuelas no son empresas, que no queremos quedarnos sin educación pública y que a su vez reclamamos una enseñanza digna, por la entrega de becas, por condiciones edilicias que nos garanticen nuestra seguridad y por todos los derechos de los estudiantes. Para conseguir todo esto debemos aferrarnos a métodos de organización y de planificación que nos garantice intervenir de manera correcta en el fortalecimiento de los reclamos. Hoy más que nunca la juventud pide pista y sabe que la salida es por la izquierda. 

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...