Por Chinaski.
Caminaba por las calles de la ciudad, cuando en una esquina
céntrica me encuentro frente a una fila de carteles de La Cámpora con la imagen
de CFK y una consigna que evoca: “Ella vendrá”. Si a eso se lo puede llamar
consigna política, porque yo preferiría definirlo estrategia de marketing para
seguir cooptando a una juventud no-militante.
La Cámpora se autoproclama como la continuadora de la militancia juvenil de los 70´. ¿Los militantes setentistas apoyarían a un gobierno que alienta la precarización y tercerización laboral, que es principal responsable de la contaminación y el saqueo de nuestra cordillera y que además reprime y persigue al pueblo cuando se manifiesta? La respuesta parece ser obvia.
La Cámpora se autoproclama como la continuadora de la militancia juvenil de los 70´. ¿Los militantes setentistas apoyarían a un gobierno que alienta la precarización y tercerización laboral, que es principal responsable de la contaminación y el saqueo de nuestra cordillera y que además reprime y persigue al pueblo cuando se manifiesta? La respuesta parece ser obvia.
Sin embargo, lo que más llama la atención de esta agrupación
es la ausencia de un programa político, ya que el que alegan se reduce a la
defensa incondicional del modelo Nac&Pop. Se han constituido en verdaderos
guardianes de “Ella”, y emergen como la futura burguesía nacional que se jacta
de una ficticia recuperación de la soberanía nacional.
Siguiendo con el cartel, veo que invita al acto de CFK en Vélez con motivo del apoyo a la pseudo expropiación del 51% de YPF. Gabriel Solano dice al respecto: “Si tomamos como referencia ideológica la expropiación parcial de YPF, concluimos que La Cámpora concibe el país como una sociedad anónima asociada al capital financiero internacional, tutelada por un poder político personal”
Lejos están estos muchachos de ser exponentes de una
auténtica militancia. El régimen del bonapartismo tardío que ellos defienden a
ultranza se agrieta por donde se lo mire, y solamente el clasismo podrá hacerle
frente a la crisis. El “default político” deja en evidencia el carácter 100%
capitalista del gobierno y de sus guardianes. La juventud militante es la que
lucha por el socialismo. La emancipación de la clase obrera.
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