miércoles, 21 de marzo de 2012

CÓMO UN JUEZ INTENTA DESTRUIR LA CARRERA DE UNA TRABAJADORA.



TENÍA QUE SER CATALDI



El Juez Jorge Raúl Cataldi, de Olavarría, se hizo conocido en Azul por el fallo que rechazó el amparo de los papeleros, a los que negó la posibilidad de pretender por esa vía la autorización para trabajar la fábrica abandonada por sus dueños. A cuatro meses de la deserción empresarial, en aquel momento, sin trabajo y sin sueldo, los trabajadores encontraban el primer escollo en el largo camino por la defensa de la fuente de trabajo. La decisión, luego revisada en segunda instancia, fue modificada por la Cámara de Apelaciones que reencauzó la petición de los obreros a un pedido de quiebra que se formalizaba por aquellos días. 

Cataldi se destacó por su prosa antiobrera, de profunda inspiración liberal y de defensa acérrima de la propiedad privada de los medios de producción, al extremo de privilegiar el derecho a poseerla y conservarla sin ningún límite, frente a cualquiera de los derechos esenciales de los hombres que son aprovechados como simple mercancía. En su concepción, los intereses empresarios están por encima de la vida. La muerte de Pachi Lara, acaecida cuando se conoció su sentencia, fue la tragedia que contrastó con aquel fallo. Lo dijimos entonces. La propiedad privada mata.

Hoy, nuevamente Cataldi se cruza en el camino de los trabajadores y, otra vez, para sacrificarlos. En este caso, teniendo que cubrir por vacancia en el Juzgado el cargo más alto del escalafón administrativo -oficial  mayor-, en lugar de respetar la carrera judicial intenta quebrarla mediante la promoción de quien no tiene derecho a ocuparlo ni por antiguedad, ni por antecedentes, ni por mérito, y tiene además título profesional (abogada) por el que tendría que aspirar a cargos letrados. Para lograr su cometido y acomodar a su ahijada, se dedica a destruir la imagen de quien tiene derecho al cargo e idoneidad para hacerlo, a propósito, también mujer, aunque no profesional como la que él prohíja. 

Los términos en los que desarrolla sus fundamentos para influir en la decisión de la Suprema Corte de Justicia son agraviantes a la compañera que resulta damnificada por este acometimiento, pero también lo son a todos los trabajadores judiciales y, a la vez, a la clase trabajadora en general que debe reaccionar contra estas políticas sistemáticas de ultraje y sumisión. Ya son varios los trabajadores que han pasado por la descalificación de Cataldi, quien se dedica a discriminar por razones de título y edad. Al menos, entre las que alega. 

Su cinismo alcanza ribetes notables cuando anticipa a la empleada desacreditada que si pretende reclamar el puesto vacante tendrá que concursar con la letrada y competir con ella sobre cuestiones jurídicas, cuando el puesto es administrativo.

El de Cataldi es un ataque manifiesto contra el derecho a la carrera judicial y una ofensa a todos quienes con su labor cotidiana sostienen el trabajo de justicia, del que el mismo Juez se sirve.


El cargo de oficial mayor para la compañera Nelba Lara
Sanción para el Juez Jorge Raúl Cataldi
Justicia para los trabajadores papeleros
Compañero Cristian "Pachi" Lara ¡Presente!


Los fundamentos de Cataldi




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